Fijar una edad para aprender a leer es frustrar a los niños porque hay que esperar a la maduración cerebral de los menores, según la psicoterapeuta infantil y profesora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Amalia Gordóvil.
Con motivo de la celebración el próximo 23 de abril del Día Internacional del Libro, Gordóvil ha explicado que en la enseñanza formal de la lectura hay dos posicionamientos diferenciados, el de los partidarios de aprender a leer a partir de los tres años y el de los defensores que se haga a partir de los seis.
Para Gordóvil, lo más adecuado es encontrar el punto de equilibrio entre ambos: "Hay que estimular la curiosidad de los niños al principio con actividades relacionadas con la lectura, como que el maestro o los padres les lean cuentos, hablar sobre algún texto conjuntamente..., y, a partir de ahí, ir introduciendo aprendizajes más complejos, valorando en todo momento el desarrollo individual de cada niño"».
Según la experta, "el aprendizaje de la lectura no se hace espontáneamente como ocurre en el lenguaje oral, en el que otras personas sirven de modelo y los niños actúan por imitación".
Leer requiere una enseñanza con unas prácticas educativas concretas. Hay que cumplir unos requisitos previos vinculados a la maduración neurológica que se correlacionan positivamente con la edad. Cuanto mayor es el niño, más maduración hay", ha señalado Gordóvil.
Estos requisitos son importantes dado que la lectura implica la puesta en marcha de diversos sistemas, como el motor y el sensorial, y la activación de áreas cerebrales vinculadas a las funciones de lenguaje, memoria y atención.
"Hay niños, sin embargo, que a la edad de cinco o seis años no están preparados para iniciarse en la lectura y esto no debe representar ningún problema", ha subrayado Gordóvil, que insiste en que hay que respetar su velocidad de "maduración neurobiológica".
"Establecer que todos los niños de seis años deben saber leer es contribuir a la frustración y desinterés de los que tienen un ritmo de desarrollo diferente. Hay padres y niños que llegan a la consulta del psicopedagogo estresados y alarmados porque su hijo de cinco años no lee correctamente", ha revelado la psicoterapeuta.
La experta ha alertado sobre las escuelas que buscan la excelencia entre los pequeños y lanzan mensajes prometedores garantizando que los niños acabarán la etapa de preescolar sabiendo leer perfectamente.
"Esto atrae a muchos padres, pero hay que recordar que la forma natural que los niños tienen que aprender es jugando, y que ésta debe ser la prioridad en estas edades; no se debe forzar una maquinaria que todavía no está a punto", ha avisado la profesora.
Estudios neurocientíficos han probado que el desarrollo visual para dibujar, pintar o modelar son cruciales para mejorar la comprensión lectora de los niños.
"Sólo el 15% de los estudiantes asimila bien los contenidos escuchándolos. En cambio, el aprendizaje vía visual es el predominante en el 40% de los alumnos", ha apuntado el neurocientífico de la UOC Diego Redolar.
"La educación artística ayuda a aumentar el razonamiento abstracto y, por tanto, contribuye a la larga al rendimiento académico en otras materias que no son plásticas", ha añadido.
Aunque hay personas que tienen un pensamiento mayoritariamente verbal y otros que lo tienen mayoritariamente visual, para el psicopedagogo de la UOC Llorenç Andreu el uso de imágenes "«ayuda a representar y memorizar mejor las cosas a todas las personas".
"En la era de la imagen, en la que por diferentes canales y dispositivos se recibe información audiovisual, es clave enseñar con un soporte visual, porque si no el interlocutor pierde una oportunidad extraordinaria de comprender mejor lo que se le está contando", ha dicho Andreu.
La Vanguardia
22/04/2017