Sólo el 2,29 por ciento de los mayores de 16 años que sufren parálisis cerebral o una discapacidad afín encuentra trabajo, una cifra que baja hasta el 0,76 por ciento en el caso de las mujeres con este problema, según los datos del primer censo de personas con parálisis de la provincia elaborado por la asociación Aspace.
Según el informe, en Granada –donde hay 37.158 personas con alguna discapacidad– se han censado 598 personas con parálisis cerebral (244 en la capital y 354 en la provincia) aunque se calcula que la cifra real es mucho más alta, sobre todo en el entorno rural.

En el caso de los mayores de 16 años que siguen estudiando, los datos varían en función del sexo. Así, mientras que sólo el uno por ciento de los hombres cursa estudios universitarios, la cifra es aún menor en el caso de las mujeres, que sólo llega al 0,38 por ciento. Y es que, la mayoría no realiza ninguna actividad (19,59 por ciento de los hombres y y 14,89 por ciento de las mujeres con parálisis cerebral).

La parálisis cerebral es un desorden permanente y no evolutivo del tono, la postura y el movimiento debido a una disfunción del cerebro antes de completarse su crecimiento y su desarrollo. Generalmente se produce al nacer aunque hay casos en los que un accidente de tráfico o alguna patología derivan en una parálisis cerebral.

En la provincia, el mayor número de afectados tiene entre 25 y 45 años (209 personas), seguidos de los menores entre 4 y 16 años (178 afectados).

"El objetivo de este censo es recoger las personas que tienen esta discapacidad en la provincia para mejorar las acciones que les permitan tener una mejor calidad de vida", dijo la presidenta de Aspace, Encarnación Navas, quien aprovechó para pedir la eliminación de las barreras arquitectónicas de la ciudad y que se dote de más profesionales a los centros a los que acuden las personas afectadas por esta discapacidad.

La fisioterapia y la logopedia son los tratamientos de rehabilitación más necesarios para estas personas, que en su mayoría tiene un grado de discapacidad de más del 75 por ciento. No obstante, el acceso a los recursos es deficitario –según se desprende del censo– ya que en el caso de los menores de cuatro años sólo la mitad recibe tratamientos de rehabilitación (principalmente en el ámbito privado), siendo los pueblos las zonas con más difícil acceso a los mismos. Una vez cumplidos los cuatro años, siete de cada diez jóvenes que acuden a tratamiento lo hacen de forma privada por la falta de recursos.

Granada Hoy
27/12/2005