La a puede confundirse por ejemplo con la e, y les cuesta leer, pronunciar algunas palabras o rimar. Al escribir, su ortografía no es la mejor y sus exámenes tienden a llenarse de correcciones rojas. El odiado (y en este caso contraindicado) rotulador rojo. Estos son ejemplos de algunas situaciones asociadas a la dislexia, un trastorno del aprendizaje que, aunque sea en general conocido, suele confundirse con otros problemas en el colegio. Según estimaciones de expertos, afecta a una media de entre el 7 y el 10% del alumnado de 1º a 3º de Primaria. En un sistema, el educativo, que se basa muy pronto en la lectura y la escritura, puede ser un problema que genere desfase curricular o fracaso escolar.
Para poner el foco en esta cuestión, ahora hace un año nació en Navarra la asociación Disnavarra, que en la actualidad integran unas 28 familias. Su presidenta, Iranzu Ostolaza, explica que el colectivo surgió casi como “una forma de apoyo” entre las familias. Según cuenta Tere Moreno, otra de las integrantes de la entidad, cuando descubrieron que a su hija tiene dislexia, con 6 o 7 años, sentía que hablaba con otras personas pero que no entendían por qué estaban pasando: “Piensan que es simplemente que cambian unas letras con otras”.
La logopeda Soraya Soltero explica que les cuesta identificar un sonido con una letra y viceversa, y eso afecta a su comprensión lectora, por lo que puede detectarse por un desfase curricular. Fuera del horario escolar, lo habitual es que acudan a logopedas, para intentar adquirir algunas estrategias al leer, y al psicólogo, para recuperar autoestima.
Madres como Elisa Fresno o Mon-tse Campo, también integrantes de la asociación, hacen hincapié en que la dislexia dificulta el aprendizaje, pero no afecta a la “capacidad”. De ahí la frustración del alumnado y de sus familias, por el esfuerzo que conlleva llegar al aprobado.
más recursos Por ello, desde el colectivo reivindican ante todo que en los centros educativos de la Comunidad Foral se activen los recursos para que este alumnado pueda acceder a determinadas adaptaciones. ¿Cuáles? Según detallan en un listado, las claves pasan, entre otras cuestiones, por no penalizar la ortografía, potenciar la parte oral o permitirles más tiempo en determinadas tareas. Y, como han defendido en otro orden de cosas entidades como el Comité de Representantes de Personas con Discapacidad de Navarra (Cermin), que se disponga de más recursos para apostar por una educación inclusiva, para que el resto del alumnado también conozca qué es la dislexia. Desde Disnavarra piden para ello apoyo y formación para el profesorado, clave al detectar esta situación y al incorporar las medidas que se marquen desde Pedagogía Terapéutica o Logopedia.
En el caso de Eduard Brullet y Leyre Blasco, de 18 y 17 años, ambos valoran de forma especial el apoyo recibido por sus compañeros. Brullet realiza un grado medio de técnico deportivo, mientras que Blasco afronta 2º de Bachiller con la idea de llegar a la universidad para estudiar el doble grado de Matemáticas puras e Informática. Ambos bromean con que no es casualidad que en su formación prefieran las matemáticas a la lectura. Brullet recuerda que tiraba de memoria para intentar evitar confundir unas letras con otras: “Mira que parece difícil escribir el número 5 al revés, pero yo lo hacía”. Para Blasco, por ejemplo, una medida de apoyo es que su novio estudie con ella y le explique la lección. Fomentar la expresión oral es, precisamente, una de las reivindicaciones del alumnado con dislexia, como una de las medidas para intentar darle la vuelta a su situación escolar.
al detalle
¿Qué es la dislexia? Un trastorno del aprendizaje, vinculado a la lectura y la escritura. Las personas afectadas tienen problemas en la descodificación. Y es para toda la vida, no solo en edad escolar.
¿Cómo la regula Educación? El departamento contabiliza la dislexia dentro de los trastornos de lectura, que según sus datos actuales afectan a un 1,32% del alumnado escolarizado (el 10% de las necesidades educativas). Desde la asociación Disnavarra, que agrupa a familias de alumnado afectado, afirman que hay casos sin diagnosticar. Cuestiones como los criterios diagnósticos sobre los trastornos de lectura están recogidos en la Orden Foral 65/2012, que sobre todo se centra en el trastorno de déficit de atención e hiperactividad, pero que también incluye otros trastornos de aprendizaje.
¿Qué reclama Disnavarra? Piden más recursos y sugieren, por ejemplo, que en clase se evite hacer leer en voz alta a este alumnado en contra de su voluntad, que no les penalicen la ortografía y se acepten equivalentes fonológicos, que se potencie lo oral y el enfoque comunicativo, se utilicen textos claros y con letras sin adornos (como la Arial), se les dé más tiempo, que se permita elegir qué se lee para que así no cojan manía a la lectura y que se valore el esfuerzo, entre otras cuestiones
Noticias de Navarra.
2/02/2017