La otitis es la inflamación del oído. Existen diferentes tipos según sea la zona afectada: otitis externa (en el pabellón y conducto auditivo externo) y otitis media, la más común, (en el tímpano, cadena de huesecillos, cavidades y otras estructuras que están detrás del tímpano).
Dentro de este último tipo, la otitis media serosa consiste en la acumulación de líquido en las cavidades del oído medio, detrás del tímpano, durante más de tres meses. Este líquido es el resultado del mal funcionamiento de la trompa de Eustaquio, encargada de ventilar y equilibrar las presiones en el oído medio.
Por su parte, la otitis media crónica consiste en un oído medio estropeado crónicamente, bien sea por tener el tímpano perforado o adherido; la cadena de huesecillos destruida o no funcionante; una infección crónica de la mucosa o una infección denominada colesteatoma. En ocasiones, el oído medio está alterado por malformaciones que, a veces, van asociadas al oído externo. Aunque pueden estar secos, los oídos medios crónicos muchas veces supuran.
Tanto en la otitis media serosa como en la media crónica, la principal consecuencia desfavorable es la hipoacusia, es decir, la disminución de la capacidad auditiva. “Puesto que la pérdida de audición interfiere en la capacidad de comunicación y de integración social del individuo es fundamental actuar a tiempo”, explica María José Lavilla, presidenta de la comisión de Audiología de la Sociedad Nacional de Otorrinolaringología y Cabeza y Cuello (Seorl-cc)*. En el caso de los niños, esta situación se agrava ya que, al no descifrar con nitidez los sonidos, pueden aparecer retrasos en la adquisición del habla y del aprendizaje.
Tratamientos disponibles
En general, los tratamientos van orientados a mejorar la causa desencadenante (quitar las vegetaciones, tratar la sinusitis, corregir el tabique nasal desviado…) y a tratar la infección del oído o sus consecuencias con cirugía.
“Sin embargo, y especialmente en niños, es fundamental paliar la hipoacusia desde el principio, sea del grado que sea”, puntualiza la especialista. Así, en las otitis serosas se recurre a la colocación de tubos de ventilación transtimpánicos que drenan el líquido mientras la trompa madura. Si el problema no se resuelve, y para el resto de las otitis crónicas, se emplean sistemas de amplificación auditiva como audífonos y otros dispositivos implantables.
Hay que tener en cuenta que en las otitis medias el sonido no puede llegar al oído interno y al nervio auditivo porque se interrumpe, en un oído medio que está roto, estropeado o lleno de líquido. “Son hipoacusias de transmisión, que se producen también cuando un obstáculo en el oído externo impide el paso del sonido como, malformaciones”, advierte la doctora.
Aunque los audífonos convencionales serían una buena solución, estos dispositivos precisan sujetarse en el oído externo e introducir una parte dentro del conducto auditivo externo que, “generalmente está húmedo, supurando o con tendencia a supurar, lo que empeoraría la situación”, comenta Lavilla, quien continúa: “aquí la solución es llevar la audición directamente al nervio auditivo, saltándonos el oído medio enfermo, a través de los sistemas de conducción de vía ósea”. Al tratarse de implantes auditivos la ventaja es que se implantan detrás de la oreja y el conducto auditivo externo queda libre y ventilado. Además, al insertarse en el hueso, transmiten la vibración sonora con mucha fidelidad.
“En los niños con otitis serosa temporal empleamos vibradores sujetos a la cabeza a través de una diadema. Si el problema se vuelve permanente, se coloca un implante auditivo. Esto también se realiza en niños con malformaciones de oreja hasta que cumplen cuatro o cinco años, ya que para estos implantes se necesita un espesor de hueso craneal que no alcanzan hasta esta edad”, detalla Lavilla.
En los casos en los que el nervio auditivo está moderadamente desgastado, los implantes llamados activos son, para la mayoría de los autores, los más eficaces, ya que cuentan con un mecanismo bajo la piel que vibra, proporcionando una mejor respuesta ante frecuencias altas, fundamentales para entender las palabras y el lenguaje. Algunos de ellos son percutáneos y otros dejan la piel intacta.
Entre los dispositivos que dejan la piel intacta, el sistema Bonebridge, de MED-El, es un implante activo transcutáneo que no necesita ejercer presión en la piel para la estimulación. Además es cómodo y discreto de llevar debido al pequeño tamaño de su procesador de audio y al permitir un 50 por ciento más de tiempo de uso al día.
*Maria José Lavilla trabaja además, junto con los doctores Héctor Valles y Juan Royo, en la Unidad de Implantes del Hospital Clínico Universitario Lozano Blesa de Zaragoza
dmedicina.com
10/01/2017