La unidad de foniatría y logopedia empezó a funcionar en el Hospital de Cabueñes el 1 de diciembre de 1989. Consta, en la actualidad, de una médica foniatra, la doctora Paz Corte Santos, y dos logopedas, Carmen Gutiérrez y Mariam Pérez. Da cobertura a toda la población del área sanitaria V y se encarga de la prevención, evaluación, diagnóstico y tratamiento de todas las patologías de la comunicación: alteraciones del lenguaje, habla, voz y audición (siempre que ésta influya en el correcto desarrollo de los anteriores), tanto en niños como adultos. Además de la labor asistencial, la unidad tiene una función docente: está vinculada a la Universidad de Oviedo y participa en la formación de todos los alumnos de la diplomatura en Logopedia desde la creación de ésta.
-¿Cómo es un día en la consulta?

-A primera hora de la mañana organizo la consulta y recibo a los dos alumnos de Logopedia que permanecen conmigo durante toda la jornada. A las 9, recibimos al primer paciente y van sucediéndose hasta un total de 7 a 9 pacientes; tres son primeras consultas y el resto revisiones. La finalización de la consulta es variable, dependiendo de las patologías y la colaboración del paciente. Con los niños tardamos más porque para que colaboren tenemos que ganárnoslos previamente. El adulto ya sabe a qué viene y la consulta suele ser más rápida.
-¿Quién deriva a los pacientes a la consulta de foniatría?

-En general, cualquier médico tanto de atención primaria como especializada puede derivarlo si detecta cualquier patología de nuestro campo, pero, en general, son otorrinos, pediatras y neurólogos los que lo hacen con mayor frecuencia.
-¿Cuál es el motivo de consulta más frecuente?

-La patología de voz, disfonías o ronqueras representan un 45 por ciento de las consultas, seguidas de los problemas de desarrollo del lenguaje en los niños y las afasias, que consisten en la alteración o pérdida de lenguaje producido por daño cerebral adquirido, trombosis cerebral o traumatismos craneoencefálicos, en el adulto.
-¿Existe algún colectivo profesional en el que incidan más las disfonías?

-Cualquier profesional con una actividad vocal importante es susceptible de padecer una ronquera; desde un vendedor ambulante a una madre de familia numerosa, pero si vamos a colectivos, el más concienciado, y también el que más consulta, es el de los profesores. Tienen una media de cinco horas diarias de trabajo vocal continuo en aulas, generalmente con mala acústica y numerosas. En los últimos años, ha aumentado el número de adolescentes y jóvenes debido a que el ocio se desarrolla en ambientes con una música muy alta donde se ven obligados a gritar para mantener un diálogo y al consumo de bebidas frías, tabaco y alcohol.
-¿Puede darnos algunos consejos para mantener una buena voz?

-Además de evitar los factores tóxicos antes mencionados, las reglas mínimas para mantener una buena voz serían una ingesta de agua de 1,5 litros al día, no gritar, no agotar el aire al hablar y reposo vocal ante cualquier cambio en nuestra voz.
-En el caso de los problemas de desarrollo del lenguaje en los niños, ¿cuándo debemos solicitar una consulta?

-Los pediatras saben cuándo hacerlo, pero los padres pueden sugerírselo cuando un niño de, aproximadamente, 2 años no habla, no entiende o dice menos de 20 palabras; incluso antes de esta edad, cuando el niño no señala, hace un gesto, emite un sonido o mira hacia las personas de su entorno para llamar su atención. El diagnóstico precoz de estos problemas en los niños es clave para poder hacer un tratamiento también precoz de los mismos, ya que, de lo contrario, se puede comprometer el posterior aprendizaje de la lecto-escritura y el desarrollo psicosocial del niño.
-¿Estos tratamientos se realizan en el hospital?
-El tratamiento suele hacerse aquí hasta que el niño es escolarizado. En ese momento son los equipos psicopedagógicos de la Consejería de Educación los que se hacen cargo y lo llevan a cabo en el centro escolar dentro del horario lectivo. En muchos casos el tratamiento es multidisciplinar y se trata conjuntamente con los centros de salud mental infantil, el centro base del Imserso, profesores y padres. Sin la colaboración de éstos, el tratamiento siempre resultaría deficiente.
-¿Se puede afirmar que Gijón tiene una atención foniátrico-logopédica adecuada?

-Aunque los recursos son limitados y la lista de espera existe, podemos decir, comparándonos con otras comunidades, que Gijón y, en general, Asturias es una comunidad privilegiada. Contamos en el Sespa con tres foniatras, dos en el HUCA y yo, aquí en Cabueñes, y ocho logopedas, cuatro en el HUCA, dos en el Monte Naranco y dos en esta unidad. Cantabria, León y Lugo, por nombrar zonas limítrofes, carecen de esta prestación dentro de la red pública. Pero todo es mejorable y eso tratamos de hacer cada día, aunque aumentar los recursos humanos no dependa de nosotros.

La nueva España
14/12/2005