Diciembre no es solo el mes de las hallacas y el encuentro familiar. Es también un mes significativo en la lucha por los derechos de las personas con discapacidad, ya que el próximo sábado, 3 de diciembre, se celebrará en todo el mundo el Día Internacional de las Personas con Discapacidad, proclamado por la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1992; y el día 13, se cumplirán 10 años de la aprobación –por parte de esta misma instancia de la ONU- de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, que constituye hoy en día el instrumento jurídico mas importante a escala internacional para la defensa de los derechos (civiles, sociales, económicos, políticos y culturales) de las personas con discapacidad.

“El respeto de la dignidad inherente, la autonomía individual, incluida la libertad de tomar las propias decisiones, y la independencia de las personas; la no discriminación; la participación e inclusión plenas y efectivas en la sociedad; el respeto por la diferencia y la aceptación de las personas con discapacidad como parte de la diversidad y la condición humanas; la igualdad de oportunidades; la accesibilidad; la igualdad entre la mujer y el hombre; el respeto a la evolución de las facultades de las niñas y los niños con discapacidad y de su derecho a preservar su identidad”, son los ocho principios rectores de esta Convención: de allí se desprende el contenido de su articulado y las obligaciones que asumen en este sentido los Estados Partes.

Por ejemplo, el Artículo 8 se refiere a los compromisos asumidos por los países firmantes para favorecer la toma de conciencia por parte de la sociedad en su conjunto sobre el tema, que incluyen la implementación de políticas públicas para “sensibilizar a la sociedad, incluso a nivel familiar, para que tome mayor conciencia respecto de las personas con discapacidad y fomentar el respeto de los derechos y la dignidad de estas personas; luchar contra los estereotipos, los prejuicios y las prácticas nocivas respecto de las personas con discapacidad, incluidos los que se basan en el género o la edad, en todos los ámbitos de la vida”, además de “promover la toma de conciencia respecto de las capacidades y aportaciones de las personas con discapacidad”.

Los Estados están obligados a cumplir estos compromisos y avanzar con paso firme en que estos derechos se respeten y se cumplan. Es por esto que toda la sociedad, nosotras y nosotros, tenemos el deber de obligar a los Estados a hacer justicia. Al fin y al cabo, todos los derechos se consiguen con la lucha.

LAS CIFRAS

Con base a la Organización Mundial de la Salud (OMS), mas de mil millones de personas viven en todo el mundo con alguna forma de discapacidad, lo cual equivale a un 15% de la población mundial. De ellas, casi 200 millones experimentan dificultades considerables en su funcionamiento.

En cuanto a las cifras de niñas y niños, 95 millones de niños (5,1%), 13 millones de los cuales (0,7%) tienen “discapacidad grave”.

“En todo el mundo, las personas con discapacidad tienen peores resultados sanitarios, peores resultados académicos, una menor participación económica y unas tasas de pobreza mas altas que las personas sin discapacidad. En parte, ello es consecuencia de los obstáculos que entorpecen el acceso de las personas con discapacidad a servicios que muchos consideramos obvios, en particular la salud, la educación, el empleo, el transporte, o la información. Esas dificultades se exacerban en las comunidades menos favorecidas”, podemos leer en el Informe Mundial sobre la Discapacidad (OMS).

PRINCIPALES OBSTÁCULOS

*Políticas públicas y normas jurídicas insuficientes para garantizar una inclusión integral y digna a todas las personas con discapacidad, en medio de su compleja diversidad.

*Actitudes negativas, rechazo, discriminación y burla por parte de la sociedad toda. Ello plantea como reto la necesaria transformación cultural sobre la comprensión de la discapacidad.

Correo del Orinoco
1/12/2016