Hay historias que dejan sin aliento, que conmueven. Es el caso de la que protagoniza Emma Yang, una niña de 12 años que creó una aplicación llamada Timeless para que su abuela, que padece alzheimer, se acuerde de ella.
La anciana muchas veces no la reconoce, y eso es lo que impulsó a la chica a idear un método para subsanar tal deficiencia, al menos en la medida de lo posible. La aplicación pretende ayudar a las personas que padecen esta enfermedad a reconocer caras anteriormente vistas, informarles si están llamando a alguien con el que se pusieron en contacto hace cinco minutos o, simplemente, recordar datos tan simples como la hora o la agenda de tareas.
Debido a la patología que sufre su abuela, Emma pasó momentos bastantes difíciles, agudizados sobre todo por la distancia: ella reside en Nueva York, mientras que su abuela vive en Hong Kong.
Timeless es la primera aplicación diseñada específicamente para los pacientes de alzheimer. Para su diseño, la niña habló con un buen número de ancianos que padecían esta patología, para poder conocer sus necesidades.
La aplicación para móviles cuenta, entre otras cosas, con un algoritmo de reconocimiento facial que puede asignar nombres y relaciones con fotografías de los seres queridos del usuario.
También tiene una sección de actualidad, donde se puede consultar la hora, la fecha y los eventos que figuran en una lista general del usuario.
”El concepto de mi idea es que podemos permitir usar la tecnología para hacer cosas buenas como el reconocimiento facial y utilizarla para resolver problemas que no podemos resolver nosotros mismos “, afirmó Emma a Tech 50+.
“El potencial de la tecnología para poder ayudar a mi abuela y a otras personas que sufren de alzheimer es lo que me inspiró para crear Timeless, porque a pesar de las dificultades de la enfermedad, los pacientes de alzheimer también deben ser capaces de apreciar los momentos sin tiempo en vida”, agregó la pequeña.
Para desarrollar la aplicación, Emma contó con la ayuda de la doctora Melissa Kramps, especialista en la enfermedad de alzheimer en el Centro Médico Weill Cornell Presbiteriano de Nueva York. Por lo que respecta a la financiación, la niña pudo contar con la beca Michael Perelstein Memorial. Además, cuenta con el apoyo de sus mentores, que trabajan en Kairos, la plataforma que utilizó para poner en práctica el reconocimiento facial de la aplicación.
Además, Emma recibió otra ayuda, quiza mucho más valiosa. “Mi papá es ingeniero de software, por lo que me ayudó con las áreas técnicas del proyecto. También conté con el apoyo de un médico que se especializa en pacientes con alzheimer, así que le di una demostración de mi aplicación y él volcó al proyecto toda su experiencia.
El Clarin
22/09/2016