Jesús Manuel Sierra Dotel, 26 años, sin empleo en ese momento, salió a ayudar a su padre con un trabajo de electricidad en el segundo nivel de una ferretería ubicada en la Sabana Larga con Mella, en el municipio Santo Domingo Este.

No puede olvidar aquel día: 14 de junio del 2014. Recuerda que primero instaló un andamio y en un momento que intentó pasar de allí a un vuelo del edificio, cayó de espaldas al vacío sobre una pila de arena endurecida.

Sufrió lesiones en la columna y la medula que implicaron una cirugía para colocarle dos discos, cuatro tornillos y un tensor, en el hospital traumatológico Ney Arias Lora.Luego de la cirugía pasó tres meses en cama.

De ser un hombre de 190 libras, 6 pies y 2 pulgadas de estatura, jugador de baloncesto en la posición de centro con el Club San Antonio de Los Mina, quedó con una lesión de nivel T-10.Sierra Dotelno podía hacer nada, no tenía equilibrio, ni podía estar sentado, pues carecía de fuerza en el tronco.

Un hombre con una lesión a nivel de la décima vértebra torácica, ubicada en la parte inferior media de la espalda, puede perder el uso de sus piernas (paraplegia) pero sus brazos no serán afectados.

“Fue muy duro tener una vida normal y de repente tener un accidente y no poder depender de ti, es muy duro. Pero uno tiene que superarlo y aprender a vivir con eso que se ha convertido en parte de uno”, precisó.

Expresó que antes necesitaba ayuda para todo; pero ahora puede vestirse solo, pasar de la silla a la cama, se siente independiente y puede resolver otras necesidades y acciones básicas.

Jesús Manuel estudia actualmente “online” diseño de página Web y espera poder insertarse en el mercado laboral, una vez termine el curso. Agradece a sus familiares por el apoyo que le han brindado; de manera especial a su padre, quien lo lleva a las terapias dos días a la semana a la ADR.

Las terapias rehabilitadoras que ha recibido en la Asociación Dominicana de Rehabilitación (ADR) lo han ayudado a fortalecer sus extremidades superiores y también todo el tronco de su cuerpo.

Una labor de entrega

A retos como el de Sierra Dotel se enfrentan a diario profesionales de la terapia, que conjugan amor por su trabajo, paciencia y entrega.

Clara Luz Peralta, de 59 años, era estudiante de Mercadeo y trabajó durante 15 años como asesora comunitaria. Decidió convertirse en terapeuta a raíz de que a su hijo se le detectara una discapacidad intelectual.

Su hijo tiene ahora 33 años y es totalmente independiente tras el tratamiento a que fue sometido en la ADR, donde ahora ella trabaja en el área de terapia ocupacional desde hace tres años luego de graduarse en la Universidad Católica Santo Domingo.

Vocación

Martín de Salas, de 55 años, tuvo once años como terapeuta físico en la Plaza de la Salud y ahora cinco años en terapia ocupacional de la ADR, donde trabaja en la recuperación de pacientes mediante actividades de la vida diaria, como vestirse, aseo personal y prepararlos para la reinserción laboral.

Recordó que uno de sus principales retos como terapeuta ha sido el caso de un niño que sufrió trauma cráneo-encefálico en un accidente de tránsito, quien se rehabilitó y otro, de una niña afectada por una bala perdida que ahora es periodista.

Cambiar vidas

Ruth Santana, con una experiencia de 17 años como terapeuta, diez de ellos en la ADR, expresa que su principal satisfacción es ver cómo logra cambiar las vidas de las personas a través de su trabajo. Precisa que por sus manos han pasado pacientes que se han convertido en un desafío para ella como profesional.

“Y eso hace que yo cada día tenga que innovar para lograr que los pacientes sean más autónomos”, declaró Santana.

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CADA DÍA ES MÁS CRECIENTE LA DEMANDA DE SERVICIOS

Juan Carlos Reyes Rosario, encargado del departamento de Terapia Ocupacional de la ADR, reveló que en esa área trabajan con todo tipo de pacientes, niños y adultos, a través de actividades que les devuelvan su total independencia.

Explicó que reciben pacientes con diversos traumas por accidentes, en su mayoría de tránsito, pero también con personas afectadas por accidentes cerebro vasculares, diversos síndromes: Parkinson, Alzheimer.

Cuentan con ocho terapeutas en el área de adultos y tres que trabajan con niños. “Nuestras principales necesidades son contar con más terapeutas a nivel nacional, aunque estamos en crecimiento en ese sentido, y hay otras limitaciones de índole económica que nos limitan en nuestra capacidad de ser más abiertos en cuanto a nuestras aspiraciones de servicios”, indicó.

Reyes Rosario precisó que cada día es más creciente la demanda de servicios, en su mayoría pacientes de escasos recursos económicos a quienes atienden aun no tengan como costearlos. Reveló que en los últimos años ha ido creciendo la cantidad de pacientes que reciben atención por accidentes cerebrovasculares, lo que atribuyó al estilo de vida agitado que llevan las personas.

Consideró que la ADR cuenta con el equipo más completo de rehabilitación física en el país y a un costo muy por debajo de otros centros similares de clínicas privadas.

“Cualquier persona que quiera tener la experiencia en otro lugar termina en la Asociación Dominicana de Rehabilitación, tenemos el equipo más completo en Rehabilitación en el país y aquí no importa la condición económica de las personas”, expresó Reyes Rosario, quien asegura que su principal motivación como encargado del departamento es la necesidad de servir y poder ayudar a las personas que más necesitan.

En sus 52 años de existencia, la Asociación Dominicana de Rehabilitación ha ofrecido 12,533,142 servicios, de los cuales 963,916 fueron facilitados en 2015

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15/07/2016