En otras palabras, los niños que padecen el síndrome de Asperger presentan problemas para relacionarse con los demás niños o adultos y, en ocasiones, pueden presentar también comportamientos inadecuados. La capacidad intelectual de estos niños es normal e incluso son bastante inteligentes pero tienen problemas en lo que respecta a la comunicación, siempre que sea con los demás. Para los padres, encontrarse con la situación de tener un hijo con síndrome de Asperger puede ser muy duro, puesto que el cariño que van a recibir de sus pequeños no va a ser el habitual que todos conocemos. Sin embargo, si conocemos bien el problema del niño, todo es más sencillo. ¿Quieres saber cómo son los niños Asperger?
Síntomas del Síndrome de Asperger
El síndrome de Asperger debe ser detectado por los especialistas, por supuesto. Sin embargo, existen algunos datos que pueden hacernos pensar que nuestro hijo puede sufrir este trastorno y cuanto antes los detectemos, antes podremos hacer que nuestro hijo esté en manos de los médicos. En el plano emocional, por ejemplo, los niños que sufren este trastorno, prefieren la compañía de los adultos. Con los niños tienen bastantes problemas al jugar, ya que son niños que siempre quieren ganar en todo.
No les interesa el deporte, intentan evitar asistir al colegio con todos sus fuerzas e incluso socializar con otros niños en el parque. A veces se irritan con facilidad o lloran sin motivo aparente. Puede que parezcan bastante ingenuos, puesto que no son capaces de entender correctamente las intenciones que tienen las personas.
El síntoma más evidente es el que se refiere a la comunicación. Cuando el niño Asperger se comunica no suele mirar a los ojos. Prefiere entablar conversaciones breves porque tiene dificultades para aquellas que se vuelvan algo más extensas. Puede que observes que habla en un tono elevado, pero no lo hace por ninguna mala intención.
Causas del Síndrome de Asperger
No existe una causa predominante del síndrome de Asperger. La mayoría de estudios lo asocia con la existencia de anomalías cerebrales, se conoce que existe una reducción de la actividad cerebral en el lóbulo frontal, así como niveles anormales de proteínas relacionadas con los comportamientos obsesivos y repetitivos.
También se habla de la existencia de un componente genético relacionado con uno de los padres. Debemos destacar que el síndrome de Asperger afecta más a los niños que a las niñas, por lo que, a veces, el padre es el que presenta un cuadro completo de síndrome de Asperger. También puede estar relacionado con un cuadro de autismo en la familia, son enfermedades relacionadas, aunque no afectan por igual. Lo cierto es que en la mayoría de los casos, actualmente, las causas no son identificables.
Cómo tratar este trastorno en los niños
Los niños Asperger deben recibir un trato especial, tanto en el colegio como en la casa o en cualquier aspecto social en que se desenvuelvan. No se suele tratar con medicamentos, excepto en casos de ansiedad o depresión y siempre recomendados por el médico. El tratamiento ha de referirse exclusivamente al comportamiento y nuestra labor como padres es hacerles lo más sencilla posible la vida.
Debemos prepararles con tiempo para los cambios. Los niños Asperger tienen su rutina y se sienten perdidos si deben afrontar una situación imprevista, por lo que si vamos a realizar un cambio en su vida diaria, debemos prepararles poco a poco. Además, reaccionan negativamente en cuanto a la presión se refiere, por lo que debemos tener cuidado a la hora de dirigirnos a ellos. Si tienes que regañarle por algo, hazlo sin enfadarte. Explícaselo despacio para que pueda comprender lo que ha hecho mal. Puede que tarde en comprenderlo e incluso, a veces, son demasiado tercos o rebeldes, pero debes tener una paciencia infinita. Exigirles una conducta inmediata no va a ser posible y la presión solo lo hace más dificil.
Diferencias entre autismo y Asperger
En un primer momento, podemos pensar que nuestro hijo sufre autismo. Al fin y al cabo, el Asperger es un trastorno que está dentro del autismo. Pero no es lo mismo. Mientras que el autismo se detecta muy rápidamente (en los primeros tres años de vida), el Asperger tarda bastante puesto que no evidencia un retraso cognitivo, al revés, los niños suelen tener una capacidad intelectual por encima de lo normal. Por eso, los autistas tienen grandes problemas con el lenguaje, mientras que los aspergianos lo dominan a la perfección, llegando a ser demasiado culto.
En cuanto a los movimientos, los niños que sufren Asperger tienen menor destreza que los autistas, aunque existe mucha variabilidad entre los que sufren este trastorno, no afecta a todos por igual. Por último, los niños que sufren Asperger tienen una gran capacidad en cuanto a la memoria por repetición, pero tienen muchas dificultades a la hora de integrar toda la información que almacenan en su vida diaria.
Aimdigital.com.ar
25/06/2016