Investigadores alemanes están trabajando en desarrollar un sistema para que los robots sean capaces de sentir dolor, un avance que no busca que la máquina pueda llegar a empatizar con el humano sino que sea más eficiente y se estropee menos.
En concreto, el planteamiento de los investigadores de la Universidad Leibniz de Hannover es implantar un tejido nervioso en los robots que les permita diferenciar el tipo de robots para que así sean capaces de evitar situaciones que les podría poner en riesgo y tras lo cual necesitarían una reparación.
Este sistema lo han mostrado en la Conferencia Internacional IEEE de Robótica y Automatización (ICRA) de Suecia implantado en un brazo robótico, el cuál es consciente de los riesgos que tiene tomar algunas decisiones pues podrían comprometer su mecanismo. De este modo, "ante el conocimiento de que se pueden lesionar, el robot evita hacer una determinada tarea ya que 'se siente' incómodo", explica a IEEE Spectrum Johannes Kuehn, uno de los impulsores del proyecto.
El 'dolor robótico' está establecido en una escala de valores que determina cuán perjudicial podría suponer una determinada acción para la estructura, de este modo la máquina podrá decidir si realiza una determinada acción. Aún así, la máquina podría llevar a cabo una serie de acciones que implicasen dicho 'dolor' si existe una aprobación humana.
Más allá de pensar en las posibilidades que este sistema puede tener para robots con apariencia humanoide y que abriría el campo a un posible desarrollo de máquinas domésticas empáticas, el verdadero propósito de los desarrolladores alemanes es evitar costes en fábricas con procesos de ensamblado industrial.
El economista
5/06/2016