El ingenio de los estudiantes de la escuela de Telecomunicaciones de Vigo llega lejos. Seis jóvenes que estudian esta rama de la ingeniería en la ciudad, Nicolás Bregua, Iago Cabreira, David Candal, Pedro Hermida, Miguel López y Mar Pousada, son finalistas en el concurso Think Big de Telefónica, gracias a su proyecto para facilitarle la vida a los niños con transtorno del especto autista (TEA). El fin de semana se impusieron en Madrid por delante de 34 proyectos procedentes de todas partes del estado. El próximo mes defenderán su idea en la final de Barcelona. Será aquí cuando se decida si acceden a su objetivo más preciado: la financiación necesaria para el primer prototipo de su producto.
«En una asignatura nos propusieron hacer un proyecto de domótica», explica Nicolás Bregua, coordinador del grupo. Esta es una rama de la ingeniería que se basa en optimizar las funcionalidades de una vivienda, como «poner lectores de huellas digitales a las puertas o hacer que la nevera sea inteligente». Pero no quería que su proyecto fuese como el de otros compañeros, «por eso nos decantamos por una vertiente social». El objetivo inicial era crear algún tipo de sistema que ayudase a personas de edad avanzada o con minusvalías. Pero su compañera Mar Pousada conocía el caso de una persona con autismo y decidieron seguir su instinto.
Dependiendo del grado que tengan los pequeños de este transtorno, necesitan una serie de estímulos visuales para recordar qué tareas hacer. Para ello, «se usan pictogramas en papel, que se pegan en las paredes de la casa». Este sistema es lioso y supone mucha acumulación de papel. La idea que les llevará a Barcelona, gastos pagados, es sustituir estos papeles por una serie de pantallas digitales, así como la incorporación de sensores. Y mucha programación informática.
Para poder desarrollar su idea, se pusieron en contacto con la asociaciones Bata de Vilargacía de Arousa y Por Dereito de Combarro. «Nos ayudaron mucho y sin ellos esto no sería posible implantarlo, nos gustaría que estuviesen presentes en todas las fases». Ellos les explicaron las necesidades de las personas con TEA y les dieron diferentes consejos de opciones que introducir en el programa.
«El sensor detecta a qué hora entra el niño, por ejemplo, en el baño», explica Bregua. «Si es a las 9 de la mañana, le indica que tiene que vestirse, y si lo hace a las 14.30 horas, que tiene que lavarse los dientes». Todo esto mediante «pictogramas o fotografías». Esta función es extendible a todas las partes de la casa en las que se necesite recordarle una acción al niño.
Incorpora una funcionalidad especialmente útil, que permite a la pantalla aconsejar al niño con qué ropa ponerse. «Se hace un rastreo en la web de la predicción metereológica y antes de salir de casa, la pantalla le muestra, por ejemplo, un paraguas si va a llover o un abrigo si va a hacer frío.
En Madrid pudieron conocer a muchos jóvenes que llevaban proyectos tecnológicos. «Éramos los únicos que ofrecíamos esto, y otros seis que también se centraban en el TEA, pero era hacer apps móviles y páginas web».
Salto a la empresa
Nicolás Bregua reconoce que de momento no piensan en constituirse como una empresa, porque «necesitaríamos tener otro proyecto», pero sí tiene claro que les gustaría que este producto llegase al mercado.
Si logran superar la última fase en Barcelona, acudirán a una serie de conferencias sobre aspectos económicos y legales «de los que no tenemos ni idea», dice Bregua, con el fin de que decidan qué modelo seguir para comercializar su idea.
La principal ventaja del sistema que diseñan estos jóvenes es que los padres o responsables de la persona con TEA podrán configurar todas las opciones que deseen. En el salón del hogar se instala una pantalla que es el ordenador central del conjunto. Ahí se pueden elegir qué tipo de pictogramas usar o substituirlos por fotografías de personas cercanas. También se puede cambiar las horas de activación del programa en cada una de las pantallas. Cada casa es distinta, y el número de estas puede cambiar. Por ello desde la aplicación web, que ya están desarrollando, se puede quitar o aumentar el número de pantallas instaladas en la casa y asignarle las funciones correspondientes. Todo esto lo han aprendido en diversas asignaturas de la carrera.
La Voz de Galicia
4/06/2016