En Madrid, España, hay una discusión que ha dado ya resultados en la Asamblea, los diputados han aprobado una proposición, no de ley, que pide regular los deberes escolares en la etapa de educación Primaria... aunque parezca risible, se quiere poner un tope semanal de tiempo a los cipotes para hacer las tareas.
Según un cable de la agencia Efe, la iniciativa para poner tope al tiempo de las tareas de los muchachos de primaria fuera de la escuela, presentada por la agrupación política Ciudadanos, ha contado con los votos de apoyo de la oposición al Partido Popular, el PSOE y Podemos; la iniciativa surge después de una recogida de firmas impulsada por una madre a través de la página web Change.org que solicita la “racionalización de los deberes” de los escolares, señala la información publicada en el periódico madrileño “La Razón”.
No es mi intención entrar al debate político español, es demasiado complejo y cambiante hacerlo en la actualidad, mucho menos pontificar sobre la agenda parlamentaria en España, todavía más enredado; es más, ni siquiera entrar al tema de la relación entre las tareas y el proceso educativo español, esto es mucho más intrincado, sobre todo cuando se compara con el resto de países europeos. Mi objetivo es más llano y sencillo, mostrar las aristas del tema, que parece risible, con tres cuestiones: uno, las tareas y la educación en general en nuestro El Salvador; dos, las tareas y los padres de familia salvadoreños; y tres, las tareas y su relación con la tecnología en nuestro medio.
En cuanto al primer punto he de señalar una cuestión básica: poco o nada sabemos sobre los lineamientos oficiales sobre el papel de las tareas en el proceso enseñanza aprendizaje; no hay lineamientos claros, mucho menos se evalúa de tal forma que podamos señalar que ayuda o no al proceso de aprendizaje, y si ayuda, cuál es su ponderación de cara a la formación de los muchachos.
Lo que sí sabemos es que todo depende del profesor y de la escuela y que en algunos casos los cipotes tienen muchas tareas a diario; no se si se corrigen a conciencia o si quiera si se corrigen, es más, el número de ellas se desconoce cómo están vinculadas con el programa de estudio, cuál es la intensidad que tienen y si cumplen un tiempo de apoyo a lo aprendido o simplemente porque no se cubrió la unidad prevista en el programa. A ciencia cierta no sabemos porque no hay estudio sobre este punto, así de simple.
De igual manera, y este es el segundo punto, que las tareas escolares muestran una deficiencia, por un lado, la falta de formación de muchos padres de familia que no saben ni pueden ayudar porque no están formados para ello, están desactualizados o simplemente no se recuerdan y, por otro, la desatención, para acompañar a los cipotes que hagan las tareas.
El estrés propio del momento, donde muchos padres de familia se la juegan en serio, deben sortear la inseguridad, además hacer de tripas corazón para llevar el pan a la casa, provoca dedicarle poco o ningún tiempo a los cipotes para ayudarles a hacer la tarea; amén de esto, hemos de señalar que hay hombres y mujeres que no están suficientemente formados para ayudar a sus hijos en las tareas. En este sentido, surge una herramienta clave para complementar la educación de los hijos en los hogares: el uso del internet y la computadora.
Y aquí entro al tercer punto, central y clave, que me parece ser una debilidad, una carencia, una desgracia si se quiere, que la educación no está montada para ayudar a los jóvenes, desde los primeros años de estudio, a utilizar las herramientas tecnológicas como elemento esencial en su formación.
Todavía prevalece una formación donde la clave está dada por la clase del profesor, los alumnos apuntan y hacen ejercicios en la case; en todo caso, la computadora es el “nuevo lápiz y cuaderno” del estudiante... poco o nada se hace para que los alumnos además de “pensar en digital”, estudien y aprendan bajo los lineamientos de lo digital… tal como ocurre en las relaciones, conversaciones normales que cada vez tienen los jóvenes por medio del teléfono inteligente y la computadora.
Dicho en pocas palabras, de poco o nada sirve que se “repartan” computadoras a los estudiantes, si poco o nada se hace para modificar la concepción, la visión y con ello los programas de cómo aprender y enseñar en la sociedad del conocimiento… donde el cambio, el uso de la tecnología, forman parte esencial en la formación de las nuevas generaciones.
Permítanme finalizar esta nota con dos ideas: uno, el tema de la educación y su puesta en marcha en el mundo actual requiere una visión de futuro donde el desarrollo de la tecnología, el internet y lo virtual es clave; y dos, los políticos, la Asamblea Legislativa debería dedicar al tema mucho tiempo, pensar que debe legislarse de cara al futuro sobre educación, incluso tomar en serio cuestiones como las tareas de los jóvenes.
*Editor Jefe de El Diario de Hoy.
El salvador
31/05/2016