La campaña de la vecina de Ciempozuelos Pilar Aguado para que la dislexia no sea causa de suspenso en los colegios ha recogido más de 38.000 firmas. Las firmas, recogidas en la plataforma digital Change.org, se han presentado en la Comunidad de Madrid. Resulta que el factor disléxico sí se tiene en cuenta en otras zonas de España como Barcelona, Baleares o Murcia. Pilar intenta que se implante el mismo trato en Madrid donde, como su hijo, muchos niños tienen que lidiar con la dislexia en sus colegios.
El problema | Diego es un niño de 14 años, cursa 2º de ESO. Hace años le diagnosticaron dislexia y TDA (Trastorno de Déficit de Atención). La dislexia es un trastorno en el aprendizaje de la escritura que afecta a la lectura y cuyo origen, según los médicos, podría encontrarse en la alteración del desarrollo neurológico. Además de en la lectura, influye en más áreas como no saber separar las letras (disgrafía) o problemas con la numeración en general (discalculia). En el colegio, alumnos como Diego necesitan más tiempo para realizar los ejercicios y exámenes de clase.
"No asocia el fonema con el significado como hacemos nosotros, él tiene que leer las palabras enteras. Eso hace que vaya más despacio en la lectura", comenta Pilar. Lo mismo sucede con la tipografía: "los disléxicos entienden mejor Comic Sans MS porque se diferencia más. También necesitan un tamaño de letra mayor".
Las dificultades de Diego se dan -principalmente- ante la negativa de algunos profesores a permitirle más tiempo en los controles. "Le dejan 10-15 minutos o le dan el examen antes pero no es suficiente y depende del profesor. Al final tiene que sacar la máxima nota para tener luego una buena nota", comenta Pilar y añade: "Los profesores no son conscientes, es un niño que necesita una adaptación especial".
La iniciátiva | A raíz de un suspenso de su hijo en la asignatura de lengua, Pilar decidió enviar una petición a la plataforma digital Change.org. Y bajo el título 'No más niños disléxicos suspendiendo por faltas de ortografía', consiguió que más de 38.000 personas apoyasen su causa.
La Comunidad de Madrid, destinataria del mensaje, no se ha pronunciado oficialmente, aunque Pilar asegura que recibió una contestación "de mala forma". "Parece un tema tabú [...] no quiero una ayuda económica, quiero que se le reconozca ese problema" explica.
Los centros escolares | Esta situación produce en Diego “ansiedad” y “falta de autoestima”. Pilar también denuncia la falta de concienciación en cuanto a la dislexia en los centros escolares: "un año un profesor le mandó un libro de caligrafía para parvulitos". Sin embargo, se muestra agradecida por la labor de la orientadora del IES Francisco Umbral de Ciempozuelos, donde estudia su hijo: "Estoy contenta porque entiende el problema". Tanto para Diego como para su madre, este hecho es importante porque el menor se siente más integrado con sus compañeros. "No quiere resaltar: quiere ser un niño normal", sostiene Pilar.
Asociación Madrid con la Dislexia | Esta asociación trabaja para conseguir los mismos objetivos que Pilar. Gracias a la organización se han aprobado ya algunas medidas, el inconveniente es que los colegios no están obligados a aceptarlas. En consecuencia, hay lugares donde, por lo general, el factor disléxico no es motivo de suspenso como Barcelona, Baleares y Murcia. Pilar considera que "no hay un acuerdo general" al hablar de Educación.
A Diego le gustaría ser ingeniero y, aunque en ocasiones se desilusiona, su madre asegura que “él mismo tiene ese afán de superación y te dice lo voy a sacar”.
Pilar explica el sentir de una madre frente a la enfermedad: “te da rabia que no les pongan los medios, al contrario. Ahora él es más maduro y entiende la situación pero nos ha costado mucho”
zig zag digital
25/05/2016