Un nuevo estudio realizado por científicos de la Universidad de Barcelona (UB) revela que las personas tartamudas, además de las evidentes alteraciones que tienen en la producción del habla, presentan un déficit específico en la percepción de los sonidos del lenguaje.
El trabajo, que se ha llevado a cabo durante los dos últimos años sobre una muestra de doce personas tartamudas de entre 18 y 30 años y otras dieciséis que no presentan problemas en el habla, demuestra que, contrariamente a lo que se pensaba hasta ahora, de que la tartamudez era fruto de las dificultades en el autocontrol del habla, estas personas hablan mal, en parte, porque 'entienden mal lo que escuchan'.
Los resultados, pues, ponen de manifiesto que esta alteración no es únicamente de tipo conductual, sino neurológico, que atañe a la funcionalidad del cerebro y, específicamente, a las regiones del lóbulo temporal que sustentan las estructuras implicadas en la percepción del lenguaje, explicó a EFE Carles Escera, profesor del departamento de Psiquiatría y Psicobiología Clínica de la Universidad de Barcelona y coordinador de este grupo de trabajo.
En concreto, el estudio ha consistido en someter a estímulos auditivos a todos los participantes del proyecto y analizar la respuesta o actividad eléctrica que genera su cerebro ante estos estímulos sensoriales -fonemas u otro tipo de sonidos- mediante electrodos que miden la actividad neuronal.
Los resultados apuntan a que la respuesta de las personas tartamudas y de las que no tienen problemas en el habla es similar en el caso de que los sonidos sean pitidos, ruidos o cualquier otro sonido que no sea un fonema.
Sin embargo, cuando se expone a los tartamudos a fonemas, es decir, a sonidos básicos del lenguaje, se observa que su cerebro reacciona de forma errónea.
'La respuesta eléctrica cerebral de los tartamudos ante fonemas es mucho mayor. Tienen una representación de los estímulos anómala, son incapaces de discriminarlos apropiadamente', indica el responsable del estudio.
Escera asegura que hasta ahora se presuponía que el problema de los tartamudos derivaba de dificultades en su programa motor a la hora de reproducir una letra, aunque se ha demostrado que 'les falla el modelo del sonido que quieren reproducir' porque lo perciben erróneamente, lo que les provoca que no sean capaces de articular con facilidad las palabras.
Escera destaca que la importancia del estudio, que se publicará el próximo 25 de octubre en la revista 'Neurology', que edita mensualmente la Academia Americana de Neurología, radica en que, contrariamente a lo que es habitual, se ha sometido a los pacientes a las pruebas en condiciones de pasividad, es decir, no se les ha hecho hablar ni ser partícipes activos del proyecto, sino que simplemente se les ha expuesto a estímulos para analizar su respuesta en condiciones normales.
Este trabajo es uno de los primeros que se llevan a cabo en el nuevo Laboratorio de Electroencefalografía de la Universidad de Barcelona, en el que la universidad ha invertido unos 150.000 euros con la finalidad de dar un impulso a la actividad eléctrica cerebral, el campo de los denominados potenciales evocados.
Efe
26/10/2005