El Hospital Universitario Virgen Macarena pasa a formar parte de los centros referentes en la comunidad andaluza para el tratamiento de la disfonía espasmódica. Es por ello, que la Unidad de Disfonía Espasmódica integrada en la Unidad de gestión clínica de Otorrinolaringología (ORL) del hospital sevillano ha sido acreditada por la Dirección General de Asistencia Sanitaria y Resultados de la Salud. Así lo ha dado a conocer el centro hospitalario en una nota, en la que explica que esta patología afecta en España a unos 5.000 enfermos aproximadamente, pues teniendo un carácter crónico y de origen desconocido, es cinco veces más frecuente en mujeres y suele empezar hacia la década de los 40 años, aunque afecta también a jóvenes y hombres, y está relacionada con los tics faciales. En este sentido, el manejo de esta rara enfermedad comprende un abordaje multidisciplinario del paciente que conlleva una mejora notable de su calidad de vida con las infiltraciones periódicas de la toxina botulínica, recuperando normalidad en su vida familiar y laboral.
Esta patología provoca una contracción involuntaria del músculo de las cuerdas vocales que hace que se hable de forma entrecortada, como si a la persona que la padece le dieran golpes en la laringe mientras habla. La disfonía espasmódica forma parte de las denominadas enfermedades raras y altera de forma importante la calidad de vida comunicativa del paciente, pero dispone de un tratamiento "altamente efectivo" con infiltración de toxina botulínica.
En los ocho años en los que lleva funcionando la Unidad de Patología de la Voz dependiente de la Unidad de ORL del Hospital Macarena, la incidencia de disfonías espasmódicas es de una media de siete pacientes anuales, manteniendo actualmente una población prevalente de 47 pacientes en tratamiento periódico con toxina botulínica. Todos los procedimientos se han llevado a cabo de forma ambulatoria bajo anestesia local.
Actualmente el manejo de las disfonías espasmódicas comprende, por un lado, un abordaje multidisciplinario basado en una fase diagnóstica con evaluación exploratoria foniátrica/logopédica y evaluación de psicología clínica cuando es preciso, y por otro lado, una fase terapéutica donde se realiza la infiltración de toxina botulínica, para posteriormente realizar una rehabilitación foniátrica/logopédica en caso de requerirlo acompañado de apoyo psicológico.
La puesta en marcha de una Unidad de Referencia para el manejo de la disfonía espasmódica en el Hospital Virgen Macarena supone según el responsable y especialista Serafín Sánchez, "un beneficio para la población del resto de Andalucía, ya que reduce el infradiagnóstico y ofrece atención multidisciplinaria, con probada experiencia en el diagnóstico y tratamiento de la enfermedad, y con una acreditada gestión eficiente y de calidad en el manejo de los procesos".
La disfonía espasmódica es una enfermedad que no tiene cura conocida en el momento actual, por lo que los tratamientos de infiltración de toxina botulínica y el complemento de foniatría/logopedia de aquellos pacientes que lo precisen se consideran paliativos y de mejora de la calidad de vida. "Tanto la enfermedad como sus tratamientos no inciden en mayor o menor supervivencia, sino en calidad de vida", asegura el especialista. La infiltración de toxina botulínica debe repetirse en cada paciente con una secuencia de infiltraciones a demanda de la evolución personalizada de su enfermedad, al igual que la dosificación de unidades de toxina botulínica, cuya dosificación óptima se alcanza al cabo de varias sesiones
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25/02/2016