Alrededor de 5.000 personas en España, el 80 % de ellas mujeres, sufren disfonía espasmódica, una alteración crónica de la voz que provoca movimientos involuntarios de la musculatura laríngea al hablar y cuyos síntomas son la voz quebrada, temblorosa, entrecortada, ronca o afónica.
Con motivo de la celebración mañana del Día Mundial de la Disfonía Espasmódica, la Generalitat ha informado en un comunicado de que el Hospital La Fe de Valencia trata a 32 pacientes con este problema, en el que es muy importante la detección temprana para que los tratamientos sean más eficientes, ya que no existe una cura definitiva.
Esta "enfermedad rara" afecta a unas 5.000 personas en España, el 80 % mujeres en edades que rondan los 40 años, aunque también puede aparecer en hombres y en jóvenes.
La patología consiste en una alteración crónica de la voz que provoca movimientos involuntarios de la musculatura laríngea durante la fonación.
Existen dos formas de presentación, una con un excesivo cierre de las cuerdas vocales (aductora), que es la forma más frecuente (90 %), y otra con una aproximación irregular e incompleta de las cuerdas vocales de forma abductora (10 %).
Actualmente, se considera la disfonía espasmódica como un desorden neurológico crónico de la motoneurona central que origina los espasmos musculares focales (Blitzer 2001).
Los principales síntomas son una voz quebrada, temblorosa, ronca, tensa o entrecortada, además de espasmos o interrupciones vocales con periodos de afonía completa. Esta afectación es incluso más manifiesta en la voz cantada, haciéndola imposible o desestructurada.
En la Comunitat Valenciana se diagnostica una media de seis casos nuevos al año, tratados en su mayoría en la Unidad de Voz del servicio de Otorrinolaringología del Hospital Universitari i Politècnic La Fe, donde actualmente hay 32 pacientes atendidos.
El manejo de esta rara enfermedad comprende además un abordaje multidisciplinario, involucrando a los especialistas de Neurología y Foniatría Psicológica, además de los de Otorrinolaringología.
Según Diego Collado, otorrinolaringólogo del Hospital La Fe, "actualmente no existe una cura definitiva para la disfonía espasmódica, por lo que la detección precoz, es muy importante para que los tratamientos sean lo más efectivos posibles".
El diagnóstico es sobre todo clínico y visual, observando el movimiento de las cuerdas vocales durante la fonación.
La fibrolaringoscopia (visualización con fibroscopio flexible de las cuerdas vocales) con luz estroboscópica es la exploración básica en toda disfonía y permite observar el movimiento de las estructuras laríngeas durante la fonación, así como la vibración de las cuerda vocales.
Collado ha señalado que los mejores resultados en tratamientos se han obtenido con la infiltración periódica de toxina botulínica en una o ambas cuerdas vocales a pequeñas dosis, ya que debilita los músculos laríngeos y tiene como resultado una voz más suave y menos forzada, aunque es posible que durante un corto periodo de tiempo presente una voz soplada y discreta alteración de la deglución.
Tras la infiltración es muy importante el tratamiento logopédico que optimiza la fonación del paciente, sin olvidar el apoyo psicológico y familiar.
LaVanguardia
1/03/2016