Álvaro Bañares Rodríguez accede al mundo profesional del golf en 1988 con 22 años, después de haber competido como amateur representando a Canarias. Sus dos pasiones son Seve Ballesteros y la enseñanza.
-¿Como fueron sus comienzos?
“Me inicié con nueve años, asistiendo a los cursillos que se desarrollaban los sábados en el Real Club de Golf de Tenerife, del que soy socio, el cual conocemos como El Peñón. Nací con hipoacusia (sordera) y los médicos que me atendían sugirieron a mis padres que practicara el golf, pues también tenía problemas de coordinación motora, creyendo que me podría favorecer. Al principio me resultaba muy difícil coger el palo y realizar el swing, darle a la bola, pero junto al tesón de mi madre, que además estudió logopedia para poder ayudarme, y mi afición, poco a poco empecé a mejorar”.
-¿Cuáles fueron tus mejores torneos y con qué resultados?
“Tengo muy buen recuerdo de cuando formé parte del equipo que representaba a Canarias entre 1983 y 1985, junto a César Fernández de Caleya, Basilio Pérez, además de Carlos y Patricio Beautell. No ganamos, pero obtuvimos buenos resultados”.
-Su paso de amateur a profesional, ¿a qué se debe?
“Se debió a que quería obtener el título de maestro y jugador para poder dar clases de golf. Nunca fue mi intención dedicarme a la alta competición. Lo que realmente me gusta es compartir conocimientos y poder ayudar a la gente a jugar mejor. Gracias a los cursos TPI1 y TPI 2 de junior que he realizado en los últimos años, imparto mis conocimientos siguiendo una metodología técnica, pero también lúdica e integral, es decir, mezclo los aspectos técnicos con contenidos transversales de diversión, respeto, transmisión de valores, en particular cuando los alumnos son pequeños”.
-Se celebra el quinto Memorial María del Carmen Rodríguez Miñón el próximo fin de semana. ¿Qué recuerdo de su madre quieren seguir trasmitiendo?
“Mi madre fue delegada de juveniles del club durante 10 años y uno de sus cualidades era la equidad, pues después de escuchar los problemas que los niños y niñas le planteaban, solucionaba sus dificultades siempre desde el respeto, la honestidad y educación, valores que están unidos a este deporte”.
http://www.diariodeavisos.com/2015/11/alvaro-banar
23/02/2016