Escuchar conversaciones telefónicas mientras compartimos trayectos en el metro o el bus es algo de lo más normal. Lo vivimos a diario. Pero ya no es tan habitual que en medio de cualquiera de esas conversaciones se pueda colar un: «No, ese día no puedo, voy al psicólogo».
Una de cada cuatro personas tiene o tendrá un problema de salud mental a lo largo de su vida. Cualquiera de nosotros. Pero las visitas a consultas de psiquiatría y psicología se llevan, todavía hoy, demasiado clandestinamente. En los océanos de la enfermedad mental reina el estigma. Su huella aplasta y perfora el ánimo de las personas afectadas tanto como la propia enfermedad.
Con tan digna misión de normalizar y hablar de todas las enfermedades mentales, como se ha logrado con el resto de enfermedades físicas, como el cáncer, nacía hace seis años Obertament. Es la alianza de todo el tejido asociativo catalán de salud mental, que comprende a personas diagnosticadas y a sus familiares, representadas por las federaciones VEUS y Salut Mental Catalunya, y por tres de las principales asociaciones de proveedores de servicios de salud mental: Fòrum Salut Mental, La Unió, y el Consorci de Salut i Social de Catalunya. Juntos se propusieron empoderar a las personas diagnosticadas con algún problema de salud mental, para que sean ellas mismas quienes, superando el autoestigma, derriben las barreras del silencio y el tabú que los hizo prisioneros de su afectación.
A partir del próximo mes de marzo está previsto que las televisiones de la Xarxa de Comunicació Local de Catalunya empiecen a emitir la serie documental Obertament, una producción audiovisual que «muestra diez vidas de personas de diferentes edades, procedencias y vivencias. Son diez maneras de convivir con un trastorno mental en diversos ámbitos como son la familia, el trabajo, la escuela, las relaciones interpersonales y la vida social», detallan los impulsores del proyecto conjunto entre Obertament y La Xarxa.
El documental aborda también temas como el empoderamiento, la influencia de los medios de comunicación a la hora de ofrecer una visión normalizada, la lucha contra el estigma desde el activismo en primera persona y los proyectos de contacto social pensados para realizar durante este 2016. Todas esas temáticas dan a conocer el día a día de la convivencia con el trastorno mental, al mismo tiempo que ilustran las acciones que desde el 2010 se han ido desarrollando acompañadas por el sello de Obertament.
Romper el hielo
Temores, en la mayoría de casos por falta de información, abortan muchísimas conversaciones y relaciones con personas afectadas por un trastorno mental. «El miedo a herir a esa persona ha dejado miles de conversaciones pendientes. Pero un sencillo ¿cómo estás? puede ser el primer paso para empezar a hablar y poner fin a los prejuicios», explica el presidente de Obertament, Xavier Trabado. En un intento de vencer tales prejuicios -avanza Trabado- «en breve presentaremos una campaña en la que pedimos a todo el mundo una cosa tan sencilla como es una conversación. Todos conocemos a alguien que tiene un problema de salud mental y por eso desde Obertament invitamos a iniciar esa conversación, a romper el hielo».
«Obertament cuenta con la implicación de muchos agentes que hacen posible la lucha contra el estigma, como los departamentos de Salut y Benestar i Família de la Generallitat, y la Obra Social La Caixa, la Diputació de Barcelona, el Ayuntamiento de Barcelona, así como diversas administraciones locales», enumera Xavier Trabado. «Pero nuestro motor son las personas, los activistas que dan la cara por la salud menta y dedican su tiempo a esta lucha. También los socios y donantes que, con sus contribuciones, hacen posible que Obertament tenga un altavoz cada día más grande», puntualiza el responsable de Obertament.
«El estigma lo podríamos entender como el conjunto de prejuicios respecto a lo que puede representar la enfermedad mental cuando no se tiene información o se cuenta con una información incorrecta sobre esta, o con creencias y conocimientos sesgados. Esa base pronostica actitudes y conductas que se aproximan a la persona diagnosticada de una manera despectiva, desde la superioridad, el miedo o la conmiseración», explica el psiquiatra responsable del servicio de Salut Mental i Addiccions del Hospital de Mollet, Antoni Coromines.
Según Coromines, el desconocimiento de las enfermedades mentales infunde también «miedo a que las personas afectadas puedan ser violentas, con lo que se acaba propiciando que sean consideradas parásitos de la sociedad y, por ello, no se las trate de igual a igual», precisa el psiquiatra del Hospital de Mollet. «Y es ese estigma el que impide la plena integración de las personas con trastorno mental», añade Coromines.
No puedo trabajar o tener pareja son los primeros pensamientos bloqueantes del autoestigma, que la labor de centenares de asociaciones tratan de borrar. Hace un par de años, Salut Mental Ponent, una de las entidades fundadoras de la Federació Salut Mental Catalunya, puso en marcha la campaña #salutmentalenpositiu, a través de la cual, personajes famosos, entre ellos futbolistas como Carles Puyol, se fotografían dibujando con los dedos un signo +. «Familiares y afectados necesitan que humanicemos entre todos las circunstancias y vivencia de la enfermedad mental, y eso pasa por hablar de ella, sin miedo», afirma la presidenta de Salut Mental Ponent, Eva Barta. «Pero el estigma, muchas veces lo encontramos en las instituciones e, incluso, en los mismos profesionales de la medicina», lamenta.
elPeriodico
12/01/2016