De 17 en 2014 a 45 en los diez primeros meses de este año 2015. Este es el aumento de víctimas del acoso escolar en Madrid, según los primeros resultados del estudio realizado por la asociación madrileña contra esta lacra. Estamos ante una auténtica forma de maltrato en los centros educativos que ya ha hecho encenderse todas las alarmas. En la enseñanza pública se han contabilizado, de enero a octubre, un total de 20 víctimas; en la concertada y la privada, se llega a las 25: 19 en los centros católicos y 6 en los laicos.
En la Asociación Madrileña contra el Acoso Escolar (Amacae), consideran que «ha llegado la hora de tomar cartas en el asunto». Es estudio que ofrece esta institución no es más que un aperitivo del informe, más completo y detallado, que están preparando sobre este problema que se extiende, por desgracia, por toda la comunidad madrileña, independientemente del tipo o ideario del centro educativo.
En Amacae se han recogido, y se siguen recogiendo, las denuncias por acoso escolar. En lo que va de este 2015, hay 20 víctimas (13 en colegios y 7 en institutos) de 15 centros públicos. Y otras 25 en centros de enseñanza concertada y privada: 19 víctimas en 15 colegios religiosos y 6 víctimas en 5 centros laicos. En algún caso, hay más de una víctima en el mismo colegio.
Hay, incluso, víctimas mortales. Entre ellas, cabe recordar el caso de Arancha, la joven de 16 años que estudiaba tercero de ESO en el instituto público «Ciudad de Jaén», en Usera.
Tal y como informó ABC el pasado 1 de junio, la joven venía recibiendo amenazas, vejaciones e insultos desde hacía tres meses por parte de un chico, de 17 años, con el que había roto y que estudiaba en el mismo centro. El presunto acosador fue detenido y puesto después en libertad mientras se esclarecen los hechos. El 22 de mayo Arancha ya no pudo más y se arrojó al vacío desde un sexto piso. Murió de camino al hospital.
«Es urgente acabar con todo esto. Hay niños de 8 y 9 años que ya están tomando antidepresivos y ansiolíticos por el acoso que sufren en el colegio. Lo importante es prevenir. No estamos hablando de una tontería. Es un caso de maltrato, muy sutil, que puede acabar, como ya ha pasado, en tragedia», asegura María José Fernández, presidenta de Amacae.
«Los centros –añade– son reacios a destapar el acoso que, aunque se produce entre iguales, tiene pésimas consecuencias. En algunos centros católicos nos cuesta un poco más hacer nuestro trabajo. En general, todos los colegios tienen miedo a denunciar»
ABC
28/10/2015