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Según un artículo publicado en la revista Neuroscience, el deterioro de la memoria que suele acompañar a la edad puede estar relacionada con una incapacidad para ignorar la información de trasfondo a la vez que el individuo se centra en la tarea principal que está realizando.
"Estamos interesados en explorar cómo la memoria y la atención cambian con la edad, a fin de comprobar si estas alteraciones en la actividad (nerviosa) podrían estar asociados a unos cambios en la conducta," explicó el Dr. Adam Gazzaley.
Con este objetivo, Gazzaley y sus colaboradores de la universidad de California realizaron unas evaluaciones especializadas por IRM de los cerebros de sujetos sanos que participaron en tests de memoria y atención. Entre ellos figuraban 17 voluntarios de 19 a 30 años y otros 16 de 60 a 77.
Se mostraron a los sujetos tres series de caras humanas y de paisajes y se les solicitó que recordaran las caras e ignoraran los paisajes, que recordaran los paisajes e ignoraran las caras o que vieran pasivamente todas las imágenes sin intentar recordar ninguna en especial. Tras un retraso de 9 segundos, se les examinaba la capacidad de reconocer la imagen seleccionada.
Los IRM mostraron que ambos grupos presentaban una acentuada actividad en la región llamada córtice posterior cuando se les solicitaba que recordaran imágenes. Sin embargo, sólo un 44% de los sujetos de mayor edad (comparados con el 88% de jóvenes), fueron capaces de bloquear la actividad de esta región cuando se les pedía que suprimieran la información irrelevante para la tarea que estaban realizando.
Los individuos de más edad mostraron también deterioros en las tareas de trabajo de la memoria, con una reducción de la precisión y un tiempo de reacción más lento que el de los jóvenes.
"La atención es una moneda de dos caras," añadió Gazzaley, "que implica tanto la necesidad de centrarnos en la información relevante, además de suprimir la irrelevante o que puede causar distracción."
"Encontramos que no hay suficiente con centrarse en la información relevante," prosiguió. "Con la edad parece que se conserva la capacidad de centrarse en la información relevante para una tarea, aunque se presenta un déficit para suprimir la información que distrae."
Asimismo, se identificó una subpoblación de sujetos ancianos con las mismas capacidades que los jóvenes, lo que supone una vía de optimismo que "nos motiva a seguir buscando la pista de una vejez más funcional".
A partir de esto, el equipo de investigación planea evaluar los fármacos empleados para tratar la enfermedad de Alzheimer, como Aricept (donepezilo), así como distintos programas de rehabilitación, "para ver si se puede corregir el déficit de supresión para llegar a una mejora de la memoria a corto plazo."
Nature Neuroscience 2005
19/09/2005