La Comunidad científica estima que se podrían prevenir hasta el 40 por ciento de los casos de ictus, adoptando ciertos hábitos, como una dieta sana, la práctica regular de ejercicio físico, evitando el tabaco y el alcohol, y controlando adecuadamente varias patologías como la diabetes, la hiperecolesterolemia, la hipertensión arterial, y ciertas cardiopatías. Otros factores de riesgo, como la edad (tres de cada cuatro ictus afectan a mayores de 65 años).
Los médicos de familia o de medicina interna, generalmente son los primeros en atender a un paciente con ictus y en establecer un diagnóstico de sospecha por eso, desde Hospital Moncloa recomendamos acudir a consulta para identificar a aquellas personas que presentan factores de riesgo para desarrollar un ictus.
Nuestros médicos les aconsejan, en muchos casos, modificar su estilo de vida y abandonar hábitos nocivos como el tabaco y el alcohol, e instaurar un tratamiento farmacológico para controlar correctamente aquellas afecciones que pudieran padecer y que se asocian con la aparición del ictus.
Además, al tener un trato más cercano con cada paciente, en Hospital Moncloa nuestros médicos están implicados en concienciar a los pacientes sobre el ictus, que tiene una gran incidencia y suele provocar incapacidad (muchas de las personas que sufren un accidente cerebrovascular (ACV) presentarán alguna complicación o secuela posteriormente.
Independientemente de los factores de riesgo, a partir de los 55 años cada diez años se duplican las posibilidades de padecer un ictus, de ahí la importancia de establecer medidas preventivas cuanto antes para que el estado de salud de las personas sea el mejor posible para su edad, ya que el envejecimiento de la población traerá como consecuencia un mayor número de ictus y de enfermos con secuelas y dependencia.
Ejercicio
• Debería realizarse al menos 30 minutos de actividad física de intensidad moderada cinco o más veces por semana (caminar a paso un poco rápido es suficiente).
Estrés
• Es recomendable identificar los factores desencadenantes de estrés y encontrar la manera de reducirlos o eliminarlos. Si es necesario se puede recurrir a ayuda profesional.
Drogas y medicamentos
- Es recomendable limitar el consumo de alcohol y dejar de fumar.
- Algunas drogas como la cocaína o drogas que contienen anfetaminas, aumentan el riesgo de ictus en cualquiera de sus formas de ingestión. Además de las drogas ilegales, es importante que no se consuman medicamentos sin prescripción médica.
Atención médica
• Las personas incluidas en los grupos de riesgo, deberían acudir a todas las visitas médicas programadas incluyendo un examen médico anual.
• Si se está sometido a medicación es recomendable mantener visibles los medicamentos y utilizar recordatorios. Usar un pastillero y mantener registros de la medicación. Es también aconsejable planear con anticipación cuando se deben comprar nuevos medicamentos, y controlar la caducidad de los mismos.
Actuar con rapidez ante los primeros sintomas
Pérdida de fuerza repentina de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.• Trastorno repentino de la sensibilidad, sensación de “acorchamiento u hormigueo” de la cara, brazo y/o pierna de un lado del cuerpo.• Pérdida súbita de visión parcial o total en uno o ambos ojos.• Alteración repentina del habla, dificultad para expresarse y ser entendido por quien nos escucha.• Dolor de cabeza súbito de intensidad inhabitual y sin causa aparente.• Sensación de vértigo, desequilibrio si se acompaña de cualquier síntoma anterior.
Consejos sobre hábitos alimentarios
• Reducir el consumo de sal a una cucharadita por día (aproximadamente 2,3 g de sodio). También deberían evitarse los alimentos enlatados ya que suelen tener un alto contenido en sal.
• La dieta mediterránea tradicional reduce significativamente el riesgo de accidente cerebrovascular. Consiste en: aceite de oliva como principal fuente de grasa monoinsaturada, cantidades moderadas de pescado, muchas frutas y verduras, pan, pasta, arroz, cereales, legumbres, patatas y nueces, una baja a moderada cantidad de vino y poca cantidad de carnes rojas, huevos y productos lácteos
• Es recomendable reducir la cantidad de grasas, especialmente las grasas saturadas y las grasas insaturadas de tipo trans. Algunos ejemplos de alimentos con este tipo de grasas son la carne, grasa vacuna, manteca, margarina, grasa de pollo, crema, yema de huevo (no se aconsejan más de tres por semana), la leche entera, el queso y el aceite de coco o el aceite de palma (presentes en muchos tipos de bollería industrial).
• Se recomienda reducir la cantidad de alimentos fritos, es preferible asarlos, cocerlos al horno o hervirlos.
• Debería reducirse la ingesta de dulces y las bebidas que contienen azúcar
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31/07/2015