¿Por qué los niños abandonan la escuela?, "porque sus padres están enfermos o no pueden trabajar" es la respuesta de un alumno de primaria del colegio Jafna, donde estudian refugiados palestinos nacidos en Siria y el Líbano. El titiritero, que ha dejado a un lado su marioneta, sigue preguntando a otros estudiantes que ofrecen distintas contestaciones: "Porque quieren dinero", grita otro niño.
Ubicado en el pueblo de Saadnayel, en el valle libanés de la Bekaa, Jafna es uno de los centros educativos de este país que durante este curso y los anteriores se ha enfrentado al reto de integrar a menores que han huido con sus familias de Siria, y evitar el abandono escolar por las difíciles circunstancias que atraviesan.
Para ayudarles en esta complicada labor, la Arab Puppet Theatre Foundatión (Fundación Árabe del Teatro de Marionetas), con el apoyo del Programa Palestino de Unicef en el Líbano, ha montado un espectáculo ambulante de guiñol, que desde abril y hasta el próximo diciembre está recorriendo varias escuelas.
La particularidad de este tour teatral es que está pensado para fomentar la convivencia entre niños doblemente refugiados, porque son palestinos y sirios, con otros menores palestinos originarios del territorio libanés.
Con este fin, la compañía cuenta con la ayuda de Karkar y su pandilla, un grupo de marionetas que arrancan las carcajadas de los más pequeños, algunos de los cuales no han visto un títere en su vida.
"Karkar es un chico travieso que solo quiere molestar y comer 'balila' (garbanzos cocidos con ajo, comino, sal y aceite). A los niños les encanta", cuenta a Efe Carmen, una de los tres marionetistas.
Carmen, que es también refugiada procedente del campo de desplazados palestinos de Al Yarmuk, en el sur de Damasco, afirma que el éxito del personaje es tal que, a veces, cuando llegan a un nuevo colegio, los menores ya conocen a Karkar, porque otros que han visto el montaje anteriormente les han hablado de él.
A la pequeña Ganeim, de 8 años, todavía le brillan los ojos de la ilusión tras ver el espectáculo: "Me ha gustado porque me he reído mucho, tiene muchas cosas de risa, como cuando el chico se cae al suelo. Y he aprendido a cantar", dice a Efe.
En Jafna, los profesores aseguran que apenas hay problemas de coexistencia entre los alumnos, que sí se dan en otras zonas del Líbano.
"Lo que necesitamos es más espacio, porque el próximo año habrá clases con más de cuarenta alumnos", subraya el maestro de Lengua Árabe Ahmad Husein Faour sobre las dificultades para acomodarlos a todos ante la avalancha de estudiantes de Siria.
Otra de las necesidades es disponer de un mayor número de profesores de apoyo para facilitar la adaptación de esos estudiantes palestinos sirios, cuyo porcentaje alcanza hasta el 50 % en algunas clases.
En una de las aulas se amontonan los niños sentados en el suelo para ver a Karkar y sus amigos y los titiriteros, todos ellos refugiados palestinos nacidos en el Líbano o Siria, les explican con humor que pese a que algunos tengan un acento o apariencia distinta las personas son iguales.
"Intentamos que aprendan de una manera interactiva y divertida, queremos que piensen, pero sin sermonearles", señala a Efe el responsable del tour de marionetas, Mohamed Cheblak.
Aparte de abordar el abandono escolar por la situación socio-económica y la integración de los niños sirios, el espectáculo también quiere acercar la cultura a los pequeños, porque "muchos no tienen normalmente acceso a ella", detalla.
Durante el tiempo que dura este proyecto, la meta de la Arab Puppet Theatre Foundation, dirigida por Mahmud al Hourani, es llegar a unos 40.000 alumnos de las 63 escuelas de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA) repartidas por el territorio libanés.
Y es que pese a que a algunos menores han pasado y están pasando aún un auténtico calvario junto a sus familiares su inocencia infantil todavía les permite disfrutar de la diversión de las marionetas.
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30/06/2015