El daño cerebral puede tener manifestaciones únicas o múltiples. Esto dependerá de muchos factores, incluyendo tipo de agresión, edad en que ocurrió la lesión y la dimensión de la misma . La plasticidad cerebral, presente toda la vida pero más intensa durante estadíos tempranos de la misma, colaborará compensando parte del daño cerebral. Por ejemplo, sabemos que amplias lesiones que abarcan medio cerebro y pueden producir inmanejables cuadros de epilepsia en niños, se acompañan de esfuerzos vicariantes (substitución plástica del sistema nervioso) realizados en el cerebro normal.
Tal es el caso de la epilepsia de Rasmussen (inflamación destructiva del cerebro, cuya causa se desconoce) o de los grandes quistes porencefálicos (grandes volúmenes de líquido cerebral que substituye la ausencia de tejido nervioso).
Con mucha frecuencia se acercan a nuestro Programa Internacional de Epilepsia, padres de familia con pacientes preadolescentes y adolescentes que presentan cuadros abigarrados, complejos que desconciertan por igual a los padres y médicos.
Estos pacientitos se caracterizan por retraso psicomotriz de diferentes grados, alteraciones conductuales moderadas a severas y manifestaciones poco usuales o “deformadas” de epilepsia . Usualmente acuden a nuestro Programa con varios diagnósticos, múltiples exámenes de laboratorio y gabinete, un largo listado de medicamentos, interminables sesiones de psicoterapia y una carga de frustración e incontenible desesperación .
el Mexicano.com
15/08/2005