La estimulación cognitiva, el amor y la paciencia son algunas de las principales claves para cuidar a un enfermo de Alzheimer. Así lo asegura el presidente de la recién creada Fundación Diario de un Cuidador, Pablo A. Barredo.
Se trata de una enfermedad neurodegenerativa incurable que afecta a entre un 5 o un 15 por ciento de la población mayor de los 65 años. Además, según diversos estudios, se espera que la cifra de afectados aumente y llegue a los 2 millones de personas en los próximos 20 años, convirtiéndose así en una de las patologías más importantes del siglo XXI.
Ante esto, cobra especial importancia la figura del cuidador ya que, a pesar de que cada vez se diagnostica antes y existen diversas terapias farmacológicas, la enfermedad es progresiva y lleva inexorablemente al paciente a una situación de dependencia absoluta.
Las estrategias
Por ello, es "importante" que las personas que se van a hacer cargo de su cuidado tengan una serie de herramientas o estrategias para atenderles de forma correcta y, a su vez, para conseguir paliar los efectos físicos y psicólogos que suele conllevar atender a un enfermo de Alzheimer.
"La estimulación cognitiva y el amor son los dos elementos más básicos y útiles para mantener activos a estos pacientes y, en cierta medida, ralentizar el desarrollo de la enfermedad. Además, es necesario que los cuidadores cuenten con una importante red de apoyo de su entorno", ha aseverado Barredo, quien durante 5 años cuidó las 24 horas del día a su madre enferma de Alzheimer.
Otra de las claves a tener en cuenta cuando uno se enfrenta ante un caso así es la paciencia porque, tal y como ha explicado el experto, se producen situaciones "bastante complejas" que requieren de una elevada dosis de paciencia por parte de los cuidadores. Y es que, algunos de los síntomas que sufren los pacientes son neuropsiquiátricos como, por ejemplo, depresión, apatía, ansiedad, agitación, alucinaciones o delirios. "Se acaban convirtiendo en niños y tú en sus padres", ha apostillado Barredo.
La comunicación verbal y la no verbal son otros de los aspectos que los cuidadores deben fomentar. En este sentido, el experto ha destacado la importancia de la música ya que ayuda a comunicarse con los cuidadores, así como las expresiones del rostro de la persona que le cuida, el contacto físico, las caricias y las sonrisas.
El cuidador
Ahora bien, Barredo ha insistido en la necesidad de atender a los responsables de la atención de estos pacientes porque, a su entender, son la "principal víctima" a la larga del Alzheimer. De hecho, según ha comentado, algunas personas suelen sufrir el llamado 'síndrome del cuidador' caracterizado por altos niveles de estrés y cansancio, acompañados por un sentimiento de duelo constante que puede ocasionar la aparición de problemas psicológicos y físicos.
Por este motivo, el presidente de la Fundación Diario de un Cuidador ha aconsejado a estas personas que se apoyen en su entorno más directo, que acudan a asociaciones de familiares de Alzheimer, que lleven al paciente a centros de día sin sentir "culpabilidad" y que aprendan a "oxigenarse" y a hacer actividades al margen del cuidado.
Asimismo, una vez que el enfermo fallece, Barredo ha subrayado la importancia de atender también a los excuidadores. "Una gran parte de ellos no pueden volver a formar parte de la sociedad porque han estado años encerrados atendiendo al enfermo lo que, también, hace que hayan perdido a familiares y amigos. Todo ello provoca que algunos padezcan posteriormente depresiones crónicas y que, incluso, lleguen al suicidio. Por ello, es muy importante el proceso de desintoxicación y ayudarles a incorporarse", ha advertido.
La ruta
Con el fin de apoyar a los cuidadores y excuidadores en todo el proceso de la enfermedad del Alzheimer, la Fundación va a celebrar el próximo 18 de abril en Madrid una gala benéfica para recaudar fondos para realizar el proyecto 'Formación de red de cuidadores en zonas rurales de España: Una ruta para recordar'. La iniciativa se basa en la formación de grupos de profesionales que se desplazarán a aquellas zonas rurales en las que existen cuidadores en riesgo de exclusión social y sin acceso a asociaciones profesionales de familiares de Alzheimer.
Dicho equipo estará formado por un excuidador, un psicólogo, un enfermero y un trabajador social. Además, estos expertos van a preparar y designar a una persona de la localidad que visiten para que pueda ser coordinador y formador de cuidadores bajo el método de formación de la Fundación.
"Vamos a hacer una gira por puntos de cada comunidad autónoma para formar a cuidadores que estén en zonas en riesgo de exclusión social. La formación será entre uno y dos días cada mes durante 6 o 12 meses", ha zanjado Barredo
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27/04/2015