La dislexia es una dificultad de aprendizaje en la que la capacidad de una niña o niño para leer o escribir se ve disminuida a causa de un impedimento cerebral relacionado con la capacidad de visualización de las palabras, sin embargo no se presentan alteraciones en su inteligencia, afirmó el médico psiquiatra Diego Sánchez Uluac, especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Yucatán.
La gente con dislexia suele invertir las letras cuando trata de escribir una palabra aunque sepan deletrearla. También suelen escribir algunas letras al revés o invertidas. La lectura es difícil porque no pueden distinguir determinadas letras o las invierten mentalmente.
Este problema puede detectarse en etapas tempranas (cuatro a cinco años de edad) si: la o el niño presenta dificultades para hablar con fluidez, para articular palabras o memorizar canciones. También es probable que presenten trastornos en la percepción: identifican mal las estructuras de su cuerpo, la nariz la confunden con las orejas; se les complica distinguir entre arriba y abajo, derecha e izquierda, o invierten los colores, entre otros.
En edades más avanzadas (seis a nueve años), esta alteración se hace más evidente cuando empiezan a leer y escribir, las y los maestros o madres y padres observan que la o el menor tiene dificultades para diferenciar los sonidos e imágenes de las letras, o palabras parecidas; la letra (p) la confunden con (q) o con (b), (ser) puede confundirse con (res), (pero) por (perro), por mencionar algunas. Por lo que, a medida que crece, generalmente evita leer porque le parece difícil o estresante, lo que conlleva a rechazar la escuela, al fracaso escolar y a la depresión.
No se ha identificado alguna causa orgánica, sin embargo, en algunos estudios se ha documentado que hay diferencia en el tamaño de los hemisferios cerebrales, principalmente en el izquierdo, el cual es el encargado de asociar los sonidos con la imagen de las letras, por lo que se les dificulta deletrear, escribir o hablar.
Otra posible causa pudiera ser que las y los niños con dislexia procesan las palabras en alguna parte del cerebro diferente, lo que orienta a que su causa podría ser genética. También se ha postulado que pueden influir los conflictos psicológicos, provocados por las presiones y tensiones del ambiente en que se desenvuelve la o el menor.
Al identificar las dificultades de aprendizaje mencionadas, es importante que la o el niño sea revisado por la o el médico, para que se examine su vista, oído y la capacidad motriz para detectar algún problema. Si no existe ningún trastornos en estas áreas, será referido con el especialista para que le realice una evaluación formal.
Con la enseñanza y asistencia apropiada, una niña o niño con dislexia puede aprender a leer y prosperar en la escuela, la mayoría son capaces de desarrollar estrategias para permanecer en clases y tener éxito en el mundo laboral.
Si usted tiene una hija o hijo con dislexia, busque las áreas en las que se destaca y ponga el énfasis en ellas. Ya que aunque tenga problemas para leer, pueden facilitarse las matemáticas, música, deportes u otros campos. Las computadoras son herramientas de aprendizaje especialmente útiles para ellas y ellos.
Diario Yucatan
6/04/2015