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¿Tiene mi hijo un trastorno del lenguaje?

La pronunciación incorrecta de alguna sílaba, la tartamudez o un retraso en el desarrollo del lenguaje son algunos de los trastornos que llevan a los padres a las consultas de los logopedas. Para poder detectar cualquier problema de forma precoz es importante conocer en qué consisten las patologías más comunes en los niños, como la dislalias o las disfonías, cuyas claves ofrece a continuación el Colegio Oficial de Logopedas de Andalucía (www.coloan.org), que recomienda buscar asesoramiento ante cualquier señal de alerta.

Dislalia: Es una alteración funcional de la articulación de un sonido del habla de forma aislada (omisión, sustitución, o distorsión de dicho sonido) producida por una incorrecta colocación y/o actuación inadecuada de los órganos fonoarticulatorios (labios, lengua, mandíbula, paladar y velo).

El niño con dislalia funcional no usa correctamente dichos órganos a la hora de articular un fonema a pesar de no existir ninguna causa de tipo orgánico. La dislalia puede referirse a cualquier sonido, aunque con frecuencia aparecen en el sonido [s] (Sigmatismo), en la [ɾ] y la [r] (Rotacismo) y en los grupos consonánticos (para,bra, tra, gra, cra, fra, etc.) Es muy importante establecer la diferencia con el trastorno fonológico que afecta a la representación mental y organización de los sonidos, que con frecuencia provoca sustituciones de unos sonidos por otros, reducciones de sílabas complejas y una menor inteligibilidad del habla.

Retraso del lenguaje: Consiste en un lenguaje inmaduro evolutivamente retrasado con respecto a su edad. No existe un desarrollo del lenguaje propiamente alterado, sino que su lenguaje es análogo al de un niño que se desarrolla en los parámetros de la norma pero de menor edad. El niño con retraso responde rápidamente a la intervención logopédica hasta casi igualarse a la norma al poco tiempo de tratamiento.

Trastorno específico del lenguaje (TEL): A diferencia del retraso del lenguaje, en el TEL el lenguaje no está sólo retrasado, sino que también es anómalo. Se trata de un déficit significativo en el lenguaje comprensivo, expresivo y semántico-pragmático sin presencia de signos evidentes de alteración neurológica, que no es debido a una pérdida auditiva, con un cociente intelectual (CI) de ejecución superior a 85, e indicadores emocionales y conductuales normales. Teniendo en cuenta los resultados de las últimas investigaciones, se evidencia que las causas de este trastorno son predominantemente neurobiológicas y el origen genético desempeña un papel sustancial.Loa síntomas del TEL son graves y más persistentes que los del retraso del lenguaje y requieren de una intervención más prolongada y exhaustiva.

Alteración de las funciones del sistema estomatognático: respiración, succión, deglución, masticación y fonoarticulación: Muchos niños presentan disfunciones del sistema estomatognático: respiración, succión, deglución, masticación y fonoarticulación, que deben ser tratadas por un logopeda especialista en motricidad orofacial. Las disfunciones orofaciales más frecuentes son la respiración oral, deglución disfuncional, lengua descendida y adelantada, frenillo lingual corto, hábitos de succión lesivos como morder objetos o morderse las uñas, trastornos de la articulación temporomandibular (ATM), etc.

En el área de la motricidad orofacial el logopeda debe trabajar en equipo junto con otros profesionales, fundamentalmente otorrinolaringólogos, odontopediatras y ortodoncistas.

Tartamudez o disfemia: Se trata de un trastorno de la comunicación que afecta a la fluidez del habla y que puede provocar disfluencias consistentes en repeticiones de sonidos (“p..p..p..papá”), sílabas (“mi..mi..mi..mío”), palabras (“pero..pero..pero dámelo”) o frases, prolongación de sonidos (“eeeeeese niño”), bloqueos (“mi padre {silencio}……se llama Juan) o segmentación de palabras (“vamos to...dos a casa”). Las disfluencias pueden ir acompañadas de tensión muscular en cara y cuello, miedo y estrés. Ellas son la expresión visible de la interacción de determinados factores orgánicos, psicológicos y sociales.

La evolución del trastorno es muy variable y puede pasar por ciclos de mejora y empeoramiento. Es habitual que los niños pequeños, entre 2 y 5 años, no tengan una fluidez total en el habla hasta que aprenden a organizar las palabras y las frases. Sin embargo, hay que ser conscientes de que las disfluencias del niño pueden ser atípicas, por lo que es imprescindible diferenciarlas de las más corrientes para tratarlas lo antes posible.

La detección temprana o precoz de la tartamudez es vital para el futuro del niño, por lo que es muy importante realizar una consulta preventiva con un logopeda especializado y no esperar, ya que cuanto más cerca del inicio del síntoma se intervenga, mejor será el resultado.

Disfonías: Son muy frecuentes en la edad escolar, sobre todo en las etapas de Educación Infantil y Primaria, en las que es común que los niños griten excesivamente, atraviesen frecuentes resfriados, llantos, juegos ruidosos, etc. Las disfonías pueden afectar a cualquiera de los parámetros de la voz: intensidad, tono, extensión tonal, duración, etcétera, siendo la más frecuente la afectación del timbre, cuando se dice que la voz es ronca, áspera o soplada

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29/03/2015

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