Busca:   en:
Inicio > Revista > Actualidad

Un alumno disléxico va a la escuela a sufrir

¿Cómo explicar a un padre cuyo hijo no lee que el niño podrá ser lo que quiera de mayor? Es la pregunta que se hace Manuel Escorial, presidente de la Asociación Valenciana de Dislexia y Otras Dificultades de Aprendizaje (Avadis), cuando a él acuden «familias llorando con sentimiento de culpabilidad, preocupadas por el futuro de sus hijos». «Yo soy programador... y disléxico», les responde.

Pero, ¿qué es ser disléxico hoy en día? «Para un niño se traduce en sufrimiento, porque va a la escuela a sufrir en lugar de a adquirir conocimientos», explica. «Llega a sufrir hasta bullying porque es el niño que no lee bien, el que siempre suspende...». Y, sin embargo, se calcula que entre un 12 y un 15% de los alumnos tiene dislexia, es decir, dificultades para leer bien. Las cifras constrastan con la «invisibilidad» que sufre este colectivo, según Avadis.

Volvamos a la pregunta, porque el problema empieza por aquí: ¿qué es la dislexia? «Hay 30 definiciones y, según la que se tome, somos o no somos disléxicos, e implican soluciones diferentes». Sin ir más lejos, la Asociación Internacional de Dislexia la define como «un trastorno», algo que rechazan desde Avadis.

«Ni la dislexia es una enfermedad ni soy un trastornado, pues esto implicaría compartir ámbito con gente bipolar, con trastornos mentales», insiste Escorial. «A mí lo que me causa un trastorno es que no haya una adaptación a mis necesidades de aprendizaje»

De ahí que Avadis se acoja a la definición de la Asociación Británica, que apunta a la dislexia como «una combinación de habilidades y dificultades que afecta al proceso de aprendizaje» de la lectura, la ortografía o la escritura. Como resume el presidente de Avadis, «no se deja de ser disléxico; no es una enfermedad porque no se cura, pero hay un entrenamiento para minimizarla».

“Ni la dislexia es una enfermedad ni soy un trastornado; esto implicaría compartir ámbito con gente bipolar, con trastornos mentales

La asociación, por tanto, reclama «que se adecúe el proceso de enseñanza-aprendizaje por justicia, para evitar a los niños el sufrimiento». En este sentido, la secretaria de Avadis, María Noguera, lamenta que desde la Administración educativa «no se aporta ninguna solución al respecto». «Se está incumpliendo la ley» ya que, en el caso de la Comunidad Valenciana, el Decreto de 2008 del Consell reconoce el derecho del alumno «a recibir las ayudas y apoyos precisos para compensar las carencias y desventajas de tipo personal, familiar, económico, social y cultural, especialmente en el caso de presentar necesidades educativas especiales».



Síntomas en infantil

Lo que Avadis reclama es que esto se concrete en un «protocolo de detección temprana». Según Escorial, los niños disléxicos pueden presentar ya en Infantil síntomas que contradicen esa idea extendida de que hasta Primaria todo es normal. Pero no lo es cuando el pequeño habla mal o tiene dificultades con los distintos conceptos de tiempo.

Ana Miralles es socia de Avadis y madre de una adolescente con dislexia: «Es cierto que no todos los niños maduran al mismo tiempo pero, ante la duda, no puedo esperar dos años, porque son dos años perdidos y de angustia para el niño», comenta desde su experiencia personal. Y es que «al llegar a Primaria, el niño debe tener dos años de desfase para poder actuar». «Es demasiado tarde».

«Queremos minimizar el impacto del fracaso porque al final hay comportamientos disruptivos, ansiedad, angustia... y a los diez años incluso depresión». No hay que olvidar que «los niños son conscientes de su dislexia pero no siempre la aceptan porque no quieren ser diferentes». En el caso de su hija, Miralles recuerda que no quería exámenes ni libros distintos a los de sus compañeros.

Es por ello por lo que Escorial sostiene que «hay que normalizar y socializar las diferencias». «Los disléxicos no somos normolectores [quienes leen correctamente] pero tampoco discapacitados». Y es aquí donde muchas veces las familias no encuentran la comprensión del profesorado. En palabras de Noguera, «lo común a todos es la falta de soluciones». Lo que piden desde Avadis es que se tengan en cuenta cuestiones tan simples como poder hacer un examen por ordenador o con corrector de texto.





LOS PROBLEMAS

Faltas de ortografía «De la misma manera que a un niño ciego no se le pone a hacer caligrafía, pedimos que se tengan en cuenta ciertas cuestiones relativas al aprendizaje de los disléxicos», señalan desde Avadis. Y una de ellas son las faltas de ortografía en los exámenes, porque «no van a desaparecer». Una solución pasaría por permitir a este alumnado hacer una prueba por ordenador para poder pasar el corrector de texto.CalculadoraEn la misma línea, para estos estudiantes sería conveniente poder usar una calculadora. «El argumento del docente suele ser que si se les deja a ellos, habría que permitírselo a todos, pero nunca quitaría las gafas a todos los alumnos». Por ello, en Avadis insisten que «es injusto que a estos niños no se les dé una ayuda».

www.elmudo.es
20/03/2015

Venta especial
hasta
40% de descuento

en juguetes y libros seleccionados*
Pedidos del 26 al 30 de noviembre . Sujeto a existencias. Aplican restricciones. Ver ofertas
Gastos de envío
G R A T I S
Envíos España península para pedidos superiores a 59,90 euros (más iva) (condiciones)

Síguenos en: Síguenos en Twiter | Síguenos en Facebook | Instagram | pinterest

Enlaces rápidos a temas de interés

BOLETÍN

RSS | XHTML | CSS
Mapa Web | Registro | Contacta
© Majo Producciones 2001-2024 - Prohibida la reproducción parcial o total de la información mostrada