El labio fisurado y el paladar hendido son malformaciones congénitas provocadas por un desarrollo facial incompleto durante la gestación y que afectan a 1 de cada 700 niños nacidos en España, patologías que pueden condicionar la respiración, la alimentación, el habla, el desarrollo del lenguaje y la audición.
El Hospital Infantil Niño Jesús ha acogido este fin de semana una nueva edición de las jornadas de la Asociación de Afectados de Fisuras Labio-Palatinas (Afilapa) en las que se explica a las familias los nuevos tratamientos e investigaciones, según ha informado este centro en un comunicado.
En el caso del paladar hendido, éste no se cierra totalmente y deja una apertura que puede extenderse dentro de la cavidad nasal, mientras que el labio fisurado se origina por un crecimiento descompensado de los dos lados del labio superior y éste no se cierra completamente.
En ambos casos la severidad de la malformación puede variar y el tratamiento requiere seguimiento normalmente hasta la adolescencia y, en ocasiones, también en la etapa adulta.
Los oídos, la nariz, la dentición, y el crecimiento del área maxilofacial pueden afectar en mayor o menor medida y en uno u ambos lados de la cara y limitar o condicionar la respiración, la alimentación, el habla y desarrollo del lenguaje y la audición.
En la mayoría de los casos, existe una implicación estética que primero preocupa a los padres y, a medida que crece, también al propio paciente.
Además, la integración social en algunas ocasiones se ve muy influenciada, no sólo por el aspecto físico, sino porque la dificultad para comunicarse obstaculiza la socialización.
La doctora Beatriz González Meli, coordinadora de la Sección de Cirugía Plástica del Hospital Infantil Niño Jesús, ha explicado que «en la última década la ampliación de los protocolos, sumando nuevas especialidades a los tratamientos, ha mejorado la función del habla y el resultado estético en los pacientes y ha disminuido el número de cirugías necesarias para completar el tratamiento».
González ha reseñado, además, que la calidad de vida de la familia ha mejorado también gracias al asesoramiento y la atención que se recibe desde el primer momento.
La falta de información sobre esta enfermedad y la ansiedad que produce en los padres al conocer el diagnóstico son las razones por las que desde hace ya más de 10 años la Afilapa organiza estas jornadas en cuatro hospitales madrileños
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12/03/2015