Aunque se ha prestado mucha atención a cómo los perros pueden mejorar las habilidades sociales de los niños con autismo, en la Universidad de Missouri han comprobado que tener cualquier mascota mejora la comunicación de los pequeños con trastornos del espectro autista. “Cuando comparé las habilidades sociales de los niños con autismo que vivían con perros y los que no lo tenían, vi que los primeros parecían tener mayores habilidades”, explica Gretchen Carlisle, del Centro de Investigación en Interacción Humano-Animal (ReCHAI ), de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Missouri. ”Pero más importante aún es que los datos revelaron que cualquier tipo de mascota en el hogar hace a los niños más propensos a involucrarse en comportamientos tales como presentarse, solicitar información o responder a las preguntas de los demás. Este tipo de habilidades sociales normalmente son difíciles para los niños con autismo, pero este estudio mostró que la asertividad [capacidad de relacionarse de forma adecuada] de los niños era mayor si vivían con una mascota”.
Es un hecho que cuando los animales domésticos están presentes en los entornos sociales o las clases, los niños participan y hablan más entre sí. Y este efecto también se produce en los niños con autismo y podría explicar su mayor asertividad cuando viven en un hogar con animales domésticos, según la investigadora. “Cuando los niños con discapacidades llevan sus perros a pasear, otros niños se detienen e interaccionan con ellos”, explica. ”Los niños con autismo no siempre se relacionan fácilmente con otras personas, pero si hay una mascota en la casa a la que el niño esté unido y un visitante le hace preguntas sobre el animal, el niño es más propenso a responder.”
Carlisle también encontró que las habilidades sociales de los niños aumentaban en función del tiempo que una familia había tenido un perro. Cuando se preguntó a los niños, informaron estar más unidos a los perros más pequeños. “Que los niños con autismo estén más unido a los perros más pequeños, y el hecho de que los padres informen de fuertes vínculos entre sus hijos y otros animales como conejos o gatos, sirve como evidencia de que tener otros tipos de mascotas podrían beneficiar a niños con autismo”.
Estas conclusiones se basan en un estudio con 70 familias que tenían hijos con autismo entre 8 y 18 años. Eran pacientes del Thompson Center para el Autismo y Trastornos del Neurodesarrollo de la Universidad de Missouri. Casi el 70% de las familias que participaron habían tenido perros, y aproximadamente la mitad de las familias tenían gatos. En otros hogares había peces, animales de granja, roedores, conejos, reptiles, aves o incluso una araña.
“Los perros son buenos para algunos niños con autismo, pero podrían no ser la mejor opción para todos los niños”, advierte Carlisle. “No hay dos niños con autismo iguales, por lo que otros animales pueden proporcionar tanto beneficio como los perros. Aunque los padres pueden asumir que tener perro es lo mejor para ayudar a sus hijos, mis datos muestran un incremento de las habilidades sociales en los niños con autismo que viven en hogares con cualquier tipo de mascota “.
Cuando Fraser encontró a Billy
libro fraser billy“Billy va a ser el mejor amigo de Fraser”, dijo el pequeño Fraser, a sus padres. Billy es un gato rescatado de una casa abandonada y Fraser un niño con autismo. Ambos se cayeron bien de inmediato. Fraser lee cuentos a Billy. A cambio Billy ayuda a Fraser a calmarse y facilita su desarrollo emocional y social.
Los padres de Fraser habían asumido que su hijo nunca podría ir a una escuela convencional. Así se lo habían dicho. Sin embargo, ahora va a una escuela al lado de su casa. Gracias a Billy aprendió a controlar sus estallidos emocionales y su ansiedad y se hizo más comunicativo. Su caso es excepcional y su madre, Louise Booth, lo contó en el libro “When Fraser Met Billy”. Su caso aparece en “The Pet Report“. Y en este vídeo, Luise Booth lo explica.
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10/03/2015