El Servicio de Otorrinolaringología del hospital Reina Sofía, centro en el que nacen aproximadamente la mitad de los bebés cordobeses, detectó durante el 2014 once posibles casos de sordera (hipoacusia), una cifra que más o menos se mantiene estable en los últimos años, señala Rafael Sánchez, especialista de esta unidad y responsable de atender este tipo de problemas. La hipoacusia se cataloga como leve, moderada, grave y severa profunda. Los casos más leves no precisan tratamiento, pero para los moderados y severos existen los audífonos y los implantes cocleares. Las pruebas para diagnosticar una deficiencia auditiva, incluidas dentro del programa de detección precoz de hipoacusias en recién nacidos, se realizan durante las primeras horas de vida, con el objeto de poder intervenir de forma precoz.
El cribado para la detección de la sordera implantado en todos los hospitales del sistema sanitario público andaluz, entre ellos el Reina Sofía, permite diagnosticar esta patología durante los primeros seis meses de vida del niño para que puedan recibir tratamiento lo antes posible, pues está demostrado que una detección tardía puede derivar en el futuro en una sordera que acarrea dificultades de comunicación, aprendizaje e integración social. La sordera en la infancia tiene repercusiones importantes sobre el habla, el desarrollo emocional, escolar y social del niño.
La práctica totalidad de los niños que nacen en el Reina Sofía se someten a las pruebas que se llevan a cabo en la consulta de hipoacusia: las denominadas otoemisiones y potenciales auditivos. Además son derivados para este tipo de pruebas bebés que son remitidos por algún motivo a Neonatología u otras consultas pediátricas en sus primeros momentos de vida. Las pruebas de cribado se realizan horas después de nacer y sólo en caso de resultado dudoso, positivo o antecedente de riesgo familiar o preconcepcional el bebé acudirá a la consulta del otorrino para confirmar el diagnóstico.
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8/03/2015