Es una terapia que relaja, ayuda a expresar los sentimientos cuando las palabras se quedan cortas y fortalece la autoestima. No se trata de algún medicamento que se ingiere, y no produce efectos secundarios.
La arteterapia, nacida a mediados del siglo XX, es una herramienta que puede ayudar a personas de todas las edades en distintas condiciones.
“Esta disciplina se empezó a desarrollar hace más de 60 años, y hoy día está oficialmente reconocida como profesión del ámbito de la salud mental en numerosos países, como Estados Unidos, Reino Unido y muchos otros de Europa (Italia, Suiza y España), y en Latinoamérica en países como Argentina, Chile, México”, explica la psiquiatra y artista panameña Pilar Moreno.
La terapia ha sido incluida en unidades de hospitalización y de oncología internacionales. En Panamá, Moreno ha desarrollado talleres con madres adolescentes, niños de El Chorrillo y como apoyo a la fundación Amaneceres. Además, hay organizaciones como la fundación de Amigos del Niño con Leucemia y Cáncer, que también han recibido talleres de este tipo.
Aplicaciones
MALES PSÍQUICOS: Ansiedad, depresión, autismo, trastornos de alimentación, problemas de autoestima, situaciones de pérdida y duelo, maltrato y retraso mental. MALES FÍSICOS: Cáncer, sida, diabetes y cualquier enfermedad en fase terminal.
Entre los beneficios que tiene la terapia para los pacientes con cáncer, el libro Arteterapia y cáncer, de Nadia Colette, recoge: expresar emociones, aumentar la relajación, la comunicación, contribuir a reducir el dolor y soportar las experiencias estresantes de la enfermedad, favorecer la autoestima, generar mayor entendimiento sobre la propia situación, ayudar a adaptarse y a encontrar sentido a lo que se vive, en otros términos, fomentar el crecimiento postraumático.
La lista de enfermedades y situaciones en que se puede aplicar el arte como terapia es larga y sus elementos pueden ser muy distintos.
La clave está en que ayuda a las personas a conectar con la parte sana; es decir, la que está vinculada con la creatividad y así permite encontrar los recursos personales para mejorar cada situación, según Moreno.
La misión de guiar a las personas en esta terapia recae en personas con una formación especial. “Para poder desempeñar esta profesión hay que formarse tanto en arte como en psicología, para conocer técnicas artísticas y fundamentos de terapia”, cuenta la doctora, ganadora del premio Roberto Lewis 2014 y exponente en la IX Bienal de Artes Visuales del Istmo Centroamericano.
No es necesario tener algún conocimiento de arte o habilidad previa para beneficiarse de este tratamiento, aclara quien hace poco dictó un taller para alcanzar el bienestar emocional a través del desarrollo de la creatividad.
Un remedio puede estar en sus manos y el resultado es de colores.
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1/03/2015