La lectura de cuentos por parte de niños de entre cinco y once años se utiliza para diagnosticar si tienen problemas de lenguaje y para intervenir con la finalidad de reducir ese trastorno, ha dicho Víctor Acosta, catedrático de Logopedia de la Universidad de La Laguna.

Acosta, expresidente de la Asociación Española de Logopedia, Foniatría y Audiología (AELFA), explicó que narrar historias es el nivel más alto del sistema lingüístico pero también intervienen en ese proceso patrones cognitivos que son muy importantes, lo que hace que la lectura de cuentos tenga un valor especial incluso para el desarrollo normal.

El uso de los cuentos en la evaluación e intervención en el lenguaje se abordará en un seminario internacional que tendrá lugar el 23 y el 24 de febrero en la Universidad de La Laguna y en el que intervendrá la profesora de Universidad de Chile Carmen Julia Coloma, experta en esta labor.

Nayarit del Valle, licenciada en Pedagogía que se ha especializado en el análisis de las historias ficticias producidas por niños, indicó que la lectura de cuentos permite muchas veces explicar problemas que tienen lugar en diversos planos, como son el cognitivo, el afectivo y el lingüístico.

Manifestó Nayarit del Valle que una de las cuestiones importantes de este seminario es que el cuento es un instrumento que los niños conocen y por ello se enfrentan a la tarea de una manera más receptiva que cuando se les evalúa con test.

Los cuentos con los que se evalúa si los niños tienen problemas de lenguaje no tienen texto y a los menores se les da un guión para que ante las imágenes que se les presentan cuenten una historia.

La secuencia para contar una historia es la misma en todo el mundo; hay un patrón universal, afirmó Víctor Acosta.

Los niños tienen que construir frases que tengan cohesión entre ellas para que el texto adquiera un significado para quien escucha, y eso es difícil incluso para los que no tienen dificultades, aseguraron los investigadores.

Añadieron que si los niños tienen "debilidades" como sufrir una situación de pobreza, vivir en un entorno en el que no hay costumbre de leer cuentos o tienen problemas de lenguaje, las dificultades aumentan.

Nayarit del Valle señaló que la finalidad de su trabajo es detectar en qué fallan los niños con trastorno específico de lenguaje, y comentó que si bien los que no tienen dificultades estructuran bien las narraciones, lo que tienen ese trastorno cometen errores como cambiar el género del protagonista, con lo que el oyente se pierde, y también omiten personajes y sus acciones.

Víctor Acosta dijo que utilizar los cuentos como forma de estudio es muy interesante por cuanto se trata de una actividad que se hace de forma habitual tanto en las familias como en las escuelas, en las que el día suele comenzar con lecturas en los niveles de infantil y primaria.

Opinó que en ocasiones la lectura de cuentos se utiliza de forma poco adecuada, pues debería haber una planificación y establecer un orden de lectura en función de la dificultad, pues "no cualquier cuento es comprensible para cualquier niño".

El uso de los cuentos debe ser gradual, progresivo, de forma que se utilizan frases y un vocabulario acorde a la edad del niño y no deben durar más de cuatro minutos cuanto se tienen cuatro años o menos.

Víctor Acosta indicó que en ocasiones se utilizan cuentos de veinte minutos de duración para niños de cuatro años, cuando el 80 por ciento de esos menores no se enteran a partir del minuto diez, y sobre todo si hay palabras que no entienden.

A veces, añadió, los problemas de conducta aparecen en edad temprana entre los escolares porque los niños dejan de atender al no entender

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23/02/2015