“Me gusta mucho dibujar y lo hago desde que era muy pequeñito. Mis ojos ven cosas que a ti quizás se te escapan. Pienso en imágenes y las dibujo con detalles que para mí son importantes. Además, así mi mamá aprende cómo funciona un generador, papá descubre que hay muchas clases de extintores o la gente sabe qué asocio a su nombre”. Erik es un niño autista de 10 años. Vive en Hamburgo, adora la matemática, su número favorito es el 10 porque lo asocia a su padre y no le gustan las cifras delante de cosas feas. Sin embargo, su gran pasión consiste en dibujar tramas de máquinas y muchos otros dispositivos y procesos mecánicos.
Los diseños de Erik, pero también varios retratos, mapas, instalaciones y escritos producidos por artistas con trastorno del espectro autista (TEA), forman parte de la exposición Yo veo lo que tú no ves, organizada con la colaboración de la asociación alemana AKKU (Autismo, Arte y Cultura) y de distintos centros adscritos a la Federación Catalana de Autismo y Asperger.
La muestra, que aglutina más de 50 obras de distintas disciplinas y recursos artísticos y podrá verse en el CaixaForum hasta el próximo 25 de mayo, si por un lado permite descubrir la originalidad creativa y la imaginación prolífica de las personas autistas, por otro pretende desmantelar el tópico que relaciona los trastornos biológicos del desarrollo con una inevitable condición de exclusión y aislamiento. “Siempre se ha tratado el tema del autismo desde la perspectiva de la carencia. Nosotros quisimos acercarlo a la gente a través del arte, único lenguaje compartido en el que todos podemos formar parte”, explicó Clara Laguillo, comisaria de la muestra junto al ilustrador Miguel Gallardo.
“Observar estas obras es fascinante porque lo que hacen estas personas y que a la gente le parece algo raro, es pura comunicación. No tienen filtros y por esto son comparables a genios y niños que no poseen límites culturales y sociales”, especificó Gallardo, autor de María y yo, novela gráfica que representa un pequeño viaje al mundo interior de su hija autista. “El mundo de estas personas es muy emocionante y sin ego. Eso conlleva una forma de comunicar muy sutil, delicada, en que cada palabra dicha siempre posee un significado bien definido”.
La exposición se divide en cinco ámbitos y cada espacio es introducido por personas vinculadas con la relación entre arte y autismo.
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14/02/2015