Los navarros que dispongan de una tarjeta de estacionamiento de vehículos para personas con discapacidad y movilidad reducida ya pueden aparcar en cualquier plaza reservada del Estado, como ocurre en una gran parte de los países que forman parte de la Unión Europea. Así lo marca el Real Decreto 1056/2014, de 12 de diciembre, que entró en vigor el pasado miércoles y que regula a nivel estatal el uso y emisión de estas tarjetas. Si bien hasta ahora la Ley 19/2001 imponía a los municipios la obligación de conceder una tarjeta de aparcamiento para estas personas con validez en todo el territorio estatal, la regulación era diversa y suponía diferencias en el uso de la tarjeta y sus derechos, ya que se habían detectado incluso casos en los que algunas de estas tarjetas no eran reconocidas en municipios o comunidades distintos al emisor.
Este decreto, que unifica los criterios de uso y adjudicación de estas tarjetas, ha sido una demanda histórica del sector de la discapacidad, en especial del Cermi (Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad), del que forma parte el Cormin, el comité de esta institución que trabaja en Navarra. Su presidente, Javier Miranda, valora como “un avance” y “una buena noticia” esta nueva regulación. “Es un decreto que unifica los criterios para el uso y adjudicación de estas tarjetas. Hasta ahora la normativa se regía a nivel municipal y en muchos municipios no te reconocían la tarjeta emitida en otros. Es una buena noticia que se unifiquen los criterios”, apunta.
Con respecto a los destinatarios de esta normativa, podrán usar esta tarjeta las personas con discapacidad que presenten movilidad reducida reconocida y/o que muestren en el mejor ojo una agudeza visual igual o inferior al 0,1 con corrección o un campo visual a 10 grados o menos. Asimismo, podrán obtener este elemento las personas físicas o jurídicas titulares de vehículos destinados exclusivamente a transporte colectivo de personas con discapacidad que presten servicios sociales de promoción de la autonomía personal y de atención a la dependencia.
El Real Decreto prevé además la concesión excepcional de esta tarjeta por razones humanitarias a personas que presenten movilidad reducida aunque esta no haya sido dictaminada de forma oficial, debido a que en ocasiones una enfermedad o patología de extrema gravedad que suponga una reducción de la esperanza de vida no permite tramitar en el tiempo suficiente la solicitud del reconocimiento de la discapacidad y, por ende, de la tarjeta de estacionamiento. Esta obtención tendrá carácter de un año (será provisional por tanto) y requerirá que la patología o enfermedad sea certificada por el personal médico de los servicios públicos de salud.
En lo que respecta a las obligaciones, los usuarios deberán colocar la tarjeta de estacionamiento en el salpicadero del vehículo o adherirla al parabrisas delantero por el interior, identificarse cuando así se lo requiera un agente de la autoridad y devolver la tarjeta de estacionamiento caducada en el momento de la renovación o al término de su vigencia, entre otras. En este sentido, las tarjetas emitidas antes de la entrada en vigor de este decreto mantendrán su validez hasta la fecha de vencimiento prevista en el documento original.
plazas reservadas Por otro lado, la nueva regulación obliga a que los principales centros de actividad de los núcleos urbanos dispongan de un mínimo de una plaza de aparcamiento (por cada 40) reservada y diseñada para su uso por personas titulares de estas tarjetas de estacionamiento, independientemente de las plazas destinadas a residencia o lugares de trabajo. Son los distintos ayuntamientos a través de ordenanzas municipales los que determinarán las zonas de núcleo urbano que tienen condición de centro de actividad. También contempla que los servicios y establecimientos sanitarios deberán contar con un número suficiente de plazas para su uso por los pacientes con discapacidad titulares de tarjetas que precisen de asistencia con regularidad.
Por poner un ejemplo, en el caso de la capital navarra existen actualmente 676 plazas reservadas para personas con discapacidad: 448 en superficie y 228 en ocho de los nueve aparcamientos subterráneos de la ciudad. Es el parking de Blanca de Navarra el único que no cuenta con plazas adaptadas, ya que carece de ascensor en sus escaleras de salida al exterior.
noticiasdenavarra.com
29/12/2014