Los investigadores creen que los niños con dislexia o trastornos de atención son los más perjudicados por el ruido ambiental
Los niños que estudian en escuelas situadas cerca de grandes aeropuertos tardan más en aprender a leer que los que estudian en barrios tranquilos, según un estudio internacional que ha analizado la relación entre ruido ambiental y rendimiento escolar.
Según resultados publicados ayer en la revista médica The Lancet,por cada cinco decibelios de más, los niños de diez años adquieren un retraso medio de hasta dos meses en el aprendizaje de la lectura. Dado que la diferencia de ruido ambiental entre escuelas puede llegar a 20 decibelos -según datos de Londres-, "el nivel de lectura de los niños que estudian cerca de un aeropuerto puede acumular un retraso de más de medio año respecto al de los niños que estudian en barrios tranquilos", ha declarado en entrevista telefónica el director del estudio, Stephen Stansfeld, de la Universidad de Londres.
Los investigadores creen que la gran mayoría de los alumnos que van a clase cerca de un aeropuerto aprende a leer sin problema. Pero los dos meses de retraso por cada cinco decibelios es la media de los 1.174 niños participantes en el estudio que iban a escuela cerca de Heathrow (Londres). Y este grupo abarca tanto a niños para los que el ruido no provoca ningún retraso como a niños en los que el retraso es superior a la media.
"Creemos que los niños con dislexia o con trastornos de atención pueden ser particularmente vulnerables al ruido ambiental, intentaremos averiguarlo en próximos estudios", declara Stansfeld. También pueden resultar especialmente perjudicados, añade, aquellos niños a los que les cuesta seguir el ritmo del resto de la clase: "En estos niños, un pequeño retraso adicional en la lectura puede convertirse en un gran obstáculo".
En el estudio han participado, además de los 1.174 niños de Heathrow, 908 que tienen la escuela junto a Barajas (Madrid) y 762 que la tienen junto a Schiphol (Amsterdam). Los investigadores -entre ellos, Isabel López-Barrio, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Madrid- han seleccionado escuelas que se encuentran a distancias distintas de los aeropuertos para poder valorar cómo cambia el rendimiento escolar según el nivel de contaminación sonora.
El estudio muestra que la capacidad de concentración y la aptitud para recordar datos no se ven afectadas por la proximidad a los aeropuertos, lo que indica que el ruido ambiental no afecta al aprendizaje de manera general sino específicamente a la lectura. Pero no aclara el mecanismo por el que la contaminación sonora que se da cerca de un gran aeropuerto interfiere con el aprendizaje de la lectura.
"Una posible explicación es que los niños aprendan a desconectar desde pequeños ante el ruido de los aviones, lo que les puede llevar a perderse a menudo los sonidos de las letras que deben escuchar miles de veces para aprender a leer y escribir bien", señala Stansfeld. "Otra posibilidad es que los profesores se sientan frustrados por las interrupciones continuas debidas al ruido de los aviones. Y también podría ser que, aunque los niños no desconecten y los profesores no se frustren, el propio ruido de los aviones interfiera con la percepción de los sonidos por parte de los alumnos".
lavanguardia.es
21/06/2005