El consumo de cigarrillos en Chile es uno de los más altos de América Latina. Alrededor de 14 mil millones de cigarrillos se fuman los chilenos entre 13 y 64 años, anualmente y esto deriva en que un 17% de las muertes estén vinculadas a este vicio.
En del Día Mundial sin Tabaco los datos sobre los problemas que involucra esta adicción son alarmantes. Uno de ellos señala que antes de los 10 años un niño prueba su primer cigarrillo. Otro indica que entre los 18 y 35 años el promedio de consumo es de 6 a 8 cigarrillos diarios.
Asimismo, la prevalencia en hombres fumadores continúa siendo mayor que en mujeres, aunque estas han registrado un aumento significativo. “En 1976 teníamos una diferencia hombre-mujer de 20 puntos y en la actualidad es sólo de 5; la frecuencia anual de consumo es de 44,8% en hombres frente a 40,4% en mujeres”, dice la broncopulmonar Mónica Gutiérrez de Clínica Indisa.
Dentro de las patologías asociadas comúnmente al tabaco, que por lo general se manifiestan 15 o 20 años después de iniciado el hábito están la bronquitis crónica, enfisemas, infecciones respiratorias agudas, impotencia y disfunción sexual.
La broncopulmonar Paula Barcos, de Clínica Avansalud, señala que una de las consecuencias más inmediatas de este hábito es que quienes fuman son más propensos a presentar enfermedades respiratorias y tardan mucho más en recuperarse.
“El tabaco irrita e inflama las vías áreas, disminuyendo el movimiento de los cilios del epitelio respiratorio, que son las estructuras cuya función es barrer con las contaminantes e impurezas del aire que respiramos. Es importante tomar conciencia de que el tabaco es un cancerígeno causante del 90% de los cánceres de pulmón en Chile”, señala.
Agrega que mientras más fume la persona, mayor daño se hará, pero basta un cigarrillo al día para que se produzcan cambios en el epitelio respiratorio y añade que si se deja de fumar, el organismo demorará al menos dos meses en recuperar su indemnidad.
Otro dato entregado por la cuarta edición del Atlas del Tabaco (2012) señala que el 40% de las adolescentes chilenas entre 13 y 15 años fuma, lo que las convierte en las jóvenes más fumadores del mundo.
Frente a esto, la psiquiatra y docente de la Universidad San Sebastián Karin Schumachern afirma que los padres deben evitar con el ejemplo que los niños se inicien en este hábito. “El tabaquismo es una dependencia física y psicológica, por lo que hay mayores probabilidades de que un joven fumador prolongue esa conducta en la adultez”, dice.
En tanto, la Sociedad Chilena de Otorrinolaringología advierte que el cáncer a la laringe tiene directa relación con el hábito de fumar. Por lo mismo llama a tener presente los siguientes síntomas: dificultad para respirar y tragar; disfonía o cambios en la voz; dolor de oídos; aumento de volumen en el cuello; baja de peso sin razón aparente.
Mitos y verdades
La doctora argentina Raquel Pendito desecha una serie de mitos sobre el cigarrillo que hay que tener en cuenta:
• Consumo cigarrillos light, habanos o pipa: no existe la forma segura de fumar; ninguna está exenta de riesgos. Aunque los cigarrillos light tienen menos nicotina y alquitrán, se fuman mayor cantidad, lo que iguala la cantidad de nicotina en la sangre.
• Fumo hace 10 años y me siento bien: es una de las mayores trampas porque los daños del cigarrillo se ven recién a los 20 años de haberse iniciado en el hábito. A los 20 años no hay problemas para hacer deporte, pero a los 45 ya se comenzarán a tener problemas respiratorios.
• Si dejo el cigarrillo voy a subir de peso: es cierto que el fumador promedio tiene un peso 2 o 3 kilos inferiores al que debería tener, porque el cigarrillo controla el apetito y aumenta el metabolismo. Sin embargo, estudios confirman que quienes dejan de fumar y llevan una dieta sana con ejercicio moderado no muestran aumentos significativos de peso.
• Dejar de fumar es cuestión de voluntad: no es cierto porque el cigarrillo produce una dependencia física, o sea, al suspenderse el consumo del alcaloide se presenta el síndrome de abstinencia, lo que se debe controlar con chicles, parches de nicotina y remedios. También hay una dependencia psicológica y psíquica que implica placer, disminución de tensiones y otros que no son fáciles de obviar.
• Mi padre fumó toda la vida y no murió por el cigarrillo: si eso es verdad es que tuvo mucha suerte y muchos no asocian ciertas enfermedades con el cigarrillo como es el cáncer a la vejiga, riñón o mamas.
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29/11/2014