El neurólogo Miguel Blanco González recibirá el segundo premio de la Federación Galega de Dano Cerebral (FEGADACE) el 25 de octubre, durante el III Foro de Familias de Personas con Daño Cerebral Adquirido que se celebrará en Santiago. Con este galardón, la federación gallega, que engloba a cinco asociaciones que atienden a más de 300 usuarios, quiere destacar la labor del médico, profesor e investigador ourensano, coordinador de la Unidad de Ictus del Complejo Hospitalario Universitario de Santiago (CHUS), la única que existe en Galicia, creada en 2003 y que atiende al año a cerda de un millar de pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular. Para el especialista, este es un premio especial, ya que lo otorgan los pacientes. Según datos del Instituto Nacional de Estadística, en Galicia hay 35.756 personas afectadas por daño cerebral adquirido, de las cuales, el 78% es debido a un ictus.
-¿Qué es lo más importante en la atención a una paciente que ha sufrido un ictus?
-La clave es la emergencia. Hay que conseguir que el paciente esté en un centro donde lo puedan tratar antes de las primeras tres horas, porque hasta las cuatro horas y media (ahora se ha ampliado una hora la ventana terapéutica) hay un tratamiento, un trombolítico, muy eficaz, pero que solo puede darse dentro de ese periodo de tiempo tan corto. Por eso, todos los empeños de los códigos ictus y de todos los protocolos de atención se basan en estos pacientes sean tratados inmediatamente.
-Galicia es una de las comunidades con mayor incidencia de accidentes cerebrovasculares, que además van en aumento, ¿por qué?
-Es un episodio que tiende a más, es cierto, y ahora mismo es la principal causa de mortalidad en Galicia. Concretamente, la primera en mujeres, y la segunda o tercera en el hombre dependiendo de la edad. Y también es la primera en discapacidad en gente adulta. Uno de los principales factores de riesgo es la edad, por lo que a mayor edad más casos. Estamos teniendo incrementos en el número de pacientes casi de año en año. Pero además del envejecimiento, la hipertensión arterial, que en Galicia sigue teniendo una incidencia muy alta, la diabetes y la hipercolesterolemia son otros factores de riesgo importantes. Había un neurólogo que decía que si no hubiese hipertensión en el mundo probablemente no habría ictus. Después hay una enfermedad silente, que mucha gente no sabe que tiene, la fabricación auricular, una arritmia que también es una causa importante, sobre todo en mayores de 80 años.
-El ictus también es silente, no avisa.
-Desgraciadamente. Hay un pequeño grupo, que llamamos de ictus transitorio, que provocan un ictus pero que en 20 minutos se recupera totalmente y que es un aviso muy importante de que vamos a tener un infarto cerebral en pocas horas, pero esto ocurre muy pocas veces. Habitualmente no avisa; no tiene dolor. De repente, se obstruye una arteria y empieza a dar clínica.
-¿El ictus tiene mejor pronóstico hoy que hace unos años?
-En los últimos diez años se ha avanzado mucho en el conocimiento de la enfermedad, por lo que creo que en unos años, aunque no conseguiremos eliminar la enfermedad porque es una dolencia asociada a nuestro estilo de vida, sí conseguiremos minimizar los daños.
-¿Qué sucede después de la hospitalización?
-Cuando no hemos podido minimizar el daño del ictus en las primeras horas sabemos que estos pacientes van a quedar con secuelas, que en muchos casos les van a crear una importante dependencia, y aquí lo más importante va a ser el tiempo que se trabaje con ellos, las terapias de rehabilitación -cognitiva, motriz, motora, etcétera- que reciban y quizá hoy en día este sea el aspecto que esté más descuidado.
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15/10/2014