Cuando reímos a carcajadas se activan entre 100 y 400 músculos. Porque la risa es buena para nuestra salud y no sólo en lo anímico. La risa tiene beneficios fisiológicos y por eso la risoterapia existe y se puede utilizar como el motor de un cambio positivo en nuestras vidas.En 20 segundos de carcajada se hace el mismo ejercicio aeróbico que en 3 minutos de remoComo explica Irene Fernández Megina, fundadora y directora de la Escuela de Risoterapia de Madrid, la terapia de la risa engloba toda una serie de dinámicas vivenciales en las que se combinan movimiento, juegos y técnicas procedentes de la meditación activa, las dinámicas de grupo, el baile libre, la arteterapia o la musicoterapia, entre otras disciplinas.La risoterapia, define Megina, es un proceso terapéutico y de crecimiento personal en el que mediante la risa y otras técnicas vivenciales con alto grado de interacción encontramos la forma de sentirnos plenos, satisfechos y felices. "En 20 segundos de carcajada sana, se realiza la misma cantidad de ejercicio aeróbico que remando durante 3 minutos", señalan en esta escuela.Los principales beneficios fisiológicos de la risas son: Moviliza la columna vertebral, lo que ayuda a aliviar el estrés y los dolores de espalda. Fomenta la secreción de las denominadas hormonas de la felicidad: serotonina, dopamina, adrenalina y endorfinas que producen una sensación física de bienestar global. Cardiovasculares: mejora la tensión arterial y los procesos asociados. Pulmonares: al reír conseguimos el doble de oxígeno, una hiperventilación natural que favorece a todos los procesos del organismo. La risa, una herramienta no un fin Quienes ejercen la risoterapia proceden fundamentalmente de los ámbitos de la fisioterapia, la psicología y la expresión corporal. La risa se emplea como una herramienta más y no como un fin en si mismo ya que facilita entrar en terrenos más profundos sin la resistencia que se podría dar en otros contextos terapéuticos.La risa permite entrar en terrenos más profundos sin la resistencia de otros contextos terapéuticosSegún señala Fernández Megino, no se fuerza la risa desde el exterior como en el caso del humor sino que se busca conseguir un estado de felicidad que facilite la risa, en el que se ríe para estar bien. Se trabaja sobre los sentidos para estar más atento y focalizado al disfrute. Para ello se aplican técnicas de la psicología positivista que se centran en las habilidades que comparten las personas genuinamente felices. Así, en los talleres se entrenan los estados de felicidad y optimismo a través de dinámicas de grupo y juegos.Megino distingue entre dos tipos de risa, la risa de descarga y la risa relajada. En la risa de descarga reímos de lo que no nos permitimos normalmente: el poder, el dinero, el sexo y aquello que nos hace parecer tontos o estúpidos. La risa relajada es la más cercana a la felicidad, es una risa amplia y no es tan sonora, en ocasiones es como un suspiro.Aunque la risa es contagiosa, la terapeuta señala que existen ejercicios físicos que la promueven jugando con la respiración por ejemplo o con la emisión de sonidos. También se trabaja sobre la risa interior a través de la meditación o técnicas psicológicas como los denominados 'anclajes' a través de los que se generan compromisos personales con uno mismo. Según señala la terapeuta, la mayoría de personas sitúa su 'yo esencial' en el corazón, de ahí que se practique la sonrisa al corazón para estar a la escucha de nuestros intereses reales.
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11/10/2014