Mucho se habla de violencia familiar en el noviazgo, pero se soslaya el tema de la violencia institucional, es así que he tenido la oportunidad de escuchar a trabajadores de diversas instituciones que refieren cómo nos sentimos violentados en nuestros espacios de trabajo o afectada nuestra salud mental y nos paralizamos ante el temor de ser suspendidos, cesados o bien jubilados, pues potestad del patrón es jubilar al trabajador, quien en ocasiones la recibe de manera sorpresiva y poco decorosa después de haber laborado por 30 ó más años.
No puedo hablar con conocimiento de otras instituciones o empresas, pero sí puedo hacerlo desde el espacio cotidiano en el que me desenvuelvo.
Ejemplo: el sistema de fiscalización de gasto, que, en el caso de la investigación esta burocratización exagerada violenta la salud mental del trabajador, ya que hasta la compra de un lápiz debe pasar por el sistema institucional, y no pocas veces el producto resulta más costoso, además del período de compra, tiempo que a veces en investigación no se tiene, ya que o se investiga o se administra.
Ahora bien, existen otros momentos en los que, desde mi humilde opinión, es importante que el trabajador se sienta parte de la institución y ello no afecte su salud mental, tal es el caso de la elección de rector en el caso de la Universidad pública, especialmente después de que en la última revisión de contratos colectivos de trabajo el clima laboral ha cambiado.
Hoy nuestra Alma Máter enfrenta un gran reto. Propuesta: una mesa pública de debate con los candidatos (Continuará)
http://sipse.com/opinion
30/09/2014