Antes de juzgar si su hijo o alumno tiene problemas de aprendizaje o un mal rendimiento académico, considere que puede tener dislexia, un trastorno que debe diagnosticarse y tratarse a tiempo.
"La dislexia no es una enfermedad, es un trastorno que a veces no se diagnostica fácilmente, porque se asocia a un déficit de aprendizaje", explicó la psicóloga clínica Stephanie Guilá, durante El Consultorio, programa en línea que se transmite por www.prensalibre.com.
Este trastorno obstaculiza la lectura y, por tal, afecta la comprensión. Muchas veces se puede confundir con la dificultad de tener una correcta escritura, pero en estos casos se trata de disgrafía.
"El trastorno surge porque el cerebro no alcanzó la madurez suficiente para llevar a cabo ciertos procesos", dijo la experta.
Algunos estudios señalan que el problema se da cuando el hemisferio cerebral derecho (responsable de procesar la información visual), ejecuta sus tareas a una velocidad menor que el hemisferio izquierdo (encargado de procesar el lenguaje).
Leer es difícil
La dislexia afecta el correcto aprendizaje de los niños, sobre todo en la comprensión lectora. (Foto Prensa Libre: Archivo)
ATENCIÓN
La situación merece mucha atención si se considera que un 14 por ciento de la población mundial puede tener dislexia.
El problema de su diagnóstico temprano radica en que al estar vinculada con deficiencias para leer, muchos la suelen asociar con un mal desempeño académico.
Guilá afirmó que grandes genios como Albert Einstein o Steven Spielberg han sido disléxicos. "Estas personas son tachadas como haraganas o se piensa que tienen bajo coeficiente intelectual, pero algunos de estos pueden tener uno más alto que el promedio (90 y 110)", aseguró la experta.
Guilá comentó que es conveniente que padres de familia y maestros presten la atención adecuada a los patrones de aprendizaje de los niños, antes de encasillarlos en un déficit de aprendizaje.
La psicóloga Stephanie Guilá habló sobre la dislexia, durante El Consultorio. (Foto Prensa Libre: Áxel Vicente)
UN TRASTORNO QUE MERECE ATENCIÓN
Conocer sobre este trastorno es la mejor manera de prevención.
Hay diferentes tipos de dislexia. Por ejemplo, la adquirida, que puede aparecer después de una lesión cerebral; y la evolutiva, que es de tipo genético.
Tres de cada cuatro casos de bajo rendimiento escolar están asociados con la dislexia.
Existen otros tipos de trastornos que pueden ser confundidos con la dislexia.
Estos son la disgrafía (problemas en la correcta escritura) y discalculia (trastorno relacionado con operaciones aritméticas).
Los especialistas que pueden ayudar en estos casos son los psicólogos con orientación en educación.
En menores de 9 años, los tratamientos garantizan una total recuperación. En mayores de 10, el proceso es más lento y requiere terapias más prolongadas.
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SIGNOS
Existen algunos patrones que pueden ser tomados en cuenta por los padres y catedráticos para considerar que un niño tiene dislexia. El principal rasgo es la dificultad para aprender a leer. También puede haber otros signos, como cuando un niño es distraído, inquieto o desorganizado. Hay otros parámetros, como confundir las letras "p" por la "q", o la "b" por la "d".
MÉTODOS
En el hogar y en el colegio, los padres y maestros pueden utilizar distintos juegos educativos que ayudarán a mejorar el desarrollo de un niño que padece dislexia. Por ejemplo, prácticas diarias de 15 minutos que integren canciones o rimas. Asimismo, el uso de rompecabezas o tarjetas en las que se involucren sonidos, imágenes y la correcta pronunciación, también mejorarán las capacidades de los menores.
DIAGNÓSTICO
Un diagnóstico preciso se puede efectuar entre los 5 y 7 años, ya que es el momento en que los niños aprenden a leer. Si los pequeños muestran dificultad para la lectura y no tienen ningún problema sensorial, físico o motor, puede tener dislexia. Existen pruebas como el test de Frostig (evalúa la percepción visual), pruebas de lectura y escritura, así como evaluaciones de comprensión lectora.
CONSECUENCIAS
Un diagnóstico y tratamiento tardío conlleva otros problemas para el desarrollo de los niños que no se limitan solo a tener un aprendizaje lento, sino que los puede afectar emocionalmente. Además, al no tener un desempeño similar al de sus compañeros de aula, pueden ser víctimas de acoso y burlas constantes.
prensalibre.cu
3/09/2014