Mi nombre es Luis y tengo 10 años. Cuando voy al colegio me duele la panza, no se bien que me pasa. Paso al pizarrón y me pongo muy nervioso, porque veo las letras diferentes, algunas las coloco al revés, algunas me las como y otras es como si flotaran. Cuando leo en voz alta invento palabras y me salto los renglones”.

Luis tiene dislexia, como el 10% de los alumnos de escuelas argentinas. Y como le sucedía a Luis, la mayoría no lo sabe.

“Hace unas semanas hemos descubierto que todo lo que me pasa tiene una explicación: no es que yo sea raro, ni vago, ni que no tenga ganas de aprender. Ahora mis padres y yo sabemos que soy disléxico y que necesito una manera diferente a la de mis amigos, para entender las cosas”.

La dislexia es un trastorno del aprendizaje de la lectoescritura que se da en chicos que no presentan ningún problema físico, psíquico ni sociocultural. Su origen es una alteración del neurodesarrollo. Este trastorno es considerado la primera causa de fracaso escolar.

El viernes y sábado próximo se realizará el I Congreso Argentino e Iberoamericano de dislexia, en el Hotel Panamericano de Buenos Aires. Para cualquier alumno con dislexia, ir a la escuela es una situación “horrible. Nadie conoce nada. Y hay entre dos y tres chicos por clase con este trastorno” asegura a INFOnews Gustavo Abichacra, médico y jefe de pediatría del Sanatorio Las Lomas.

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2/09/2014