La pregunta tiene respuesta. La dislexia es reconocible en una serie de síntomas fácilmente detectables y que suelen resultar muy incómodos en la vida cotidiana de los disléxicos. El hecho de tener que leer o anotar una dirección puede convertirse en un reto para los afectados. Sin embargo, en contra de lo que pudiera pensarse, los disléxicos tienen un coeficiente intelectual normal o incluso superior a la media. Este trastorno, con distinta incidencia en cada persona, tiene varios factores comunes y reconocibles en cada una de ellas. Saber que se es disléxico no es complicado, estos son sus síntomas.
•Dificultad de: organización, gestión del tiempo, reconocimiento de direcciones, seguir instrucciones, retener información facilitada y repetirla, lateralidad –reconocer la izquierda y la derecha-, escritura sin faltas de ortografía y concentración.
Los síntomas de la dislexia son fácilmente detectables y suelen resultar muy incómodos en la vida cotidiana de los disléxicos
•Problemas con: la memorización de fechas o nombres, la memoria a corto plazo, la motricidad –aunque puede darse el efecto contrario y tener especial agilidad motriz-, la lectura –poco fluida o rápida pero sin comprensión-, la escritura que puede ser ilegible, momentos de memoria de quedarse “en blanco”, cálculo mental y matemáticas.
Consejos y tratamiento
Es posible que muchos adultos con dislexia no hayan recibido tratamiento en su infancia. Otros pueden haber sufrido alguna clase de lesión cerebral que haya provocado la dislexia. Pero de un modo u otro deben tratarla y hacerlo puede ser costoso en muchos aspectos, sin dejar de constituir un esfuerzo necesario para atenuar sus síntomas. Hay varias estrategias de tratamiento.
Fonética. Aunque resulte arduo, si el grado de dislexia en el adulto es alto conviene empezar aprendiendo de nuevo a reconocer sonidos y letras. De este modo se incide directamente en la fonética del disléxico. Para ello se utilizan técnicas multisensoriales que prometen mejorar las habilidades de lectura y deletreo.
Es posible que muchos adultos con dislexia no hayan recibido tratamiento en la infancia
Información visual y auditiva. Los disléxicos tienen problemas para relacionar información recibida visual o auditivamente. De nuevo, las técnicas multisensoriales, que incluyan ejercicios de tacto y movimiento, son muy recomendables. Con ellas, el afectado de dislexia podrá conectar y recordar información con menor dificultad.
Aprendizaje. Existen varias formas de aprovechar mejor la información y aprender con más efectividad.
•Leer parando de vez en cuando para asegurarse de comprender y realizar un resumen de los datos recibidos al finalizar cada párrafo.
•Sustituir algunas palabras complicadas para un disléxico, como izquierda o derecha, por otras, como este u oeste.
•Codificar mediante colores las frases más importantes del texto.
•Utilizar la música para reforzar la memoria de números o conjunto de palabras que cuesten recordar.
•Visualizar mentalmente las palabras antes de decirlas o repetirlas.
•Realizar un mapa informativo esquemático que ayude a desglosar la información.
Ayuda tecnológica. Gracias a las nuevas tecnologías, con sistemas como el GPS, el software de texto a voz o los correctores ortográficos, la dislexia tiene las de perder. Es un buen consejo para el disléxico, valerse de estos valiosos instrumentos para enfrentarse a las dificultades.
A través de Katamotz se puede acceder a un software especial para disléxicos que quieran mejorar la lectura.
Trastornos emocionales
Toda ayuda es positiva y puede evitar trastornos emocionales, en ocasiones peores que la propia dislexia. La dislexia en adultos, como en los niños, puede hacer que estos sufran síntomas emocionales fruto de la desesperación a la que pueden llegar debido a sus dificultades. Puede darse el caso de sufrir emocionalmente ante la incomprensión del entorno o la falta de diagnosis tras toda una vida siendo disléxico
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6/06/2014