A nadie se le habría ocurrido que el nivel de inteligencia del ingeniero informático Bjoern Stenger, candidato al doctorado en la Universidad de Cambridge, podía mejorar. Sin embargo, durante varias horas, una píldora lo volvió más brillante.
Como participante en un proyecto de investigación, Stenger se tragó una cápsula verde de gelatina que contenía una droga llamada modafinil. En una hora, su atención y su memoria se agudizaron y resolvió fácilmente una serie de tests de agilidad mental. Si su capacidad cerebral normalmente llegaba a 10, con la droga aumentó a 15. "Estaba totalmente concentrado", dijo Stenger. "También fue divertido". Estamos en los albores de la era de las drogas inteligentes. Modafinil es simplemente una entre muchas medicaciones que estimulan el cerebro —algunas ya están en las farmacias y otras en desarrollo— y que prometen una época de pensamiento más agudo gracias a la química.
Al contrario que las anfetaminas o las tabletas de cafeína de venta libre que ayudan a mantenerse despierto toda la noche y ofrecen una agudeza temporaria, las nuevas drogas para mejorar la mente tienen un potencial de mejoras más efectivas, específicas y duraderas de la agudeza mental. Los investigadores afirman que algunas ya están en etapa de prueba en humanos y podrían salir a la venta en la próxima década. "Ya no es una posibilidad, es una cuestión de tiempo", dice el genetista Tim Tully, investigador del Laboratorio Cold Spring Harbor de Long Island, Nueva York, y creador de un compuesto llamado HT-0712, que mejora la memoria y que muy pronto será probada en humanos.
Los nuevos estimulantes cerebrales derivan en parte de las investigaciones para desarrollar tratamientos contra el Alzheimer, lesiones en la médula o esquizofrenia. Pero también reflejan los avances en la comprensión de los procesos de aprendizaje y memoria en personas sanas.
En las últimas dos décadas, los científicos han hecho importantes descubrimientos sobre las regiones del cerebro, las funciones que desempeñan y cómo trabajan juntas para obtener, absorber y almacenar información. También comenzó a develarse cómo y dónde se elaboran los neurotransmisores y cuáles contribuyen a realizar las tareas mentales.
Algunos investigadores predicen que los estimulantes cerebrales cada vez más potentes introducirá una era de "neurología cosmética". Pero también surgen interrogantes: ¿Los ricos serán más inteligentes y los pobres quedarán cada vez más rezagados? ¿Estaremos obligados a usar medicamentos para rendir más y mejor? En un mundo en el que la mente podrá retocarse con una píldora, ¿cambiará para siempre nuestra idea de "inteligencia normal"?
THE NEW YORK TIMES
19/04/2005