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Especialistas dan consejos sobre la aparición de la dislexia en integrantes de la familia

El apoyo de la familia, y en especial de los padres, es un factor primordial a la hora de enfrentar los desafíos que supone el ser disléxico para un niño. Es importante que su entorno comprenda la naturaleza de su dificultad de aprendizaje y que hagan todo lo posible para ayudarlo a no padecer presiones innecesarias debido a su desempeño escolar, logrando que se sienta acompañado, respaldado, comprendido, respetado y amado.



Orlando Molaro, papá de Valentín de 10 años, nos cuenta su experiencia. No fue muy sorpresivo enterarnos de que nuestro hijo padecía dislexia. Tuvimos alertas tempranas, inclusive antes de que ingresara a la escuela primaria, y varios antecedentes familiares sugerían que algunas señales de Valen, como las que se correspondían a la disgrafía, disortografía y la discalculia eran compatibles con la dislexia.



Cuando Valen, cumplió 5 años, él mismo nos advirtió que de regalo, iba a pedir “dinero” por que si pedía “plata” nadie lo entendía, ya que sonaba “pata”, y como ese ejemplo hubo varios que nos llevaron inicialmente a una consulta con la fonoaudióloga; Valen tenia dislalia. Ya en 1º grado, en los actos escolares, notamos que Valen movía los labios simulando seguir el hilo de una canción o de una prosa, pero sin emitir sonido alguno. Era su forma de disimular -frente a sus compañeros y a sus docentes- que su cabecita no podía retener casi nada de memoria.



Se salteaba los días de la semana y en sus cuadernos de clase era frecuente encontrar palabras con sílabas desordenadas, o una “p” donde debía ir una “d”, o una “q”, en el lugar de una “b”. Había días en donde su caligrafía era perfecta, delicada y con trazos suaves; y otros en los cuales las letras se agigantaban y podían ocupar casi una página completa.



Aunque la psicopedagoga a quien recurrimos en los primeros años no podía confirmar el diagnóstico por una limitación legal absurda, fue quien a través de algunos test y muchas sesiones nos confirmó lo que suponíamos: Valentín era disléxico.



La misma Dificultad Específica de Aprendizaje que su mamá, Inés, quien –pordesconocimiento de todos los adultos educadores que la rodeaban- era sometida a terribles exigencias que -al no poder cumplirlas- terminaban en hirientes burlas por su incapacidad para retener un texto, un cálculo matemático o para discernir porqué “valla” y “vaya” eran cosas absolutamente diferentes.



El Dr. Gustavo Abichacra, medico pediatra y Presidente del Comité Científico de la Asociación Dislexia y Familia (DISFAM), nos explica que, la dislexia es un trastorno del lenguaje, de la comunicaciónde origen neurobiológico, hereditario, relacionado con una anomalía en la migración neuronal. Consiste en la aparición en forma inesperada de una imposibilidad de una lectura fluida, exacta y automatizada. Es una dificultad para decodificar un código auditivo en código visual. El pensamiento del disléxico es como una película continua que se interrumpe cada vez que aparece una palabra abstracta, y el 50% de nuestro vocabulario esta compuesto de esa forma. Esto ocurre en un niño inteligente o muy inteligente, que ha sido estimulado en forma adecuada y en el que no existe alguna causa física, psiquiátrica o social que lo justifique.



Generalmente se asocia a dificultades en la escritura (disgrafía) con presencia de errores ortográficos dentro de la misma (disortografía) y/o a la dificultad en la realización de cálculos matemáticos (discalculia).



Es frecuente que este acompañada de otras alteraciones como, las observadas en la orientación temporo-espacial, en las dificultades en el manejo de la hora, en las confusiones entre ayer hoy,adelante atrás, izquierda o derecha. Se puede observar tambíen, en aquellas tareas que implican secuencias, como nombrar los días de la semana, los meses del año, el abecedario o las tablas de multiplicar.



En el 30% de los casos la dislexia se ve acompañada, de trastornos atencionales con o sin hiperactividad, lo que provoca fallas en la comprensión y en la expresión oral.



Es importante comprender que la lectura y la escritura son medios, no fines en sí mismos, inventados por el hombre para comunicarse, y acceder al conocimiento. Es por eso que al tener un lenguaje verbal limitado, la comunicación de las personas disléxicas, es primordialmente a través de los afectos y el lenguaje no verbal, esto es muy importante, para poder encarar correctamente su tratamiento.



El disléxico es extremadamente sensible, con una gran capacidad de captación de su entorno, creativo, solidario, ingenioso, olvidadizo, desorganizado e impulsivo. No coinciden su inteligencia y esfuerzo, con los resultados académicos obtenidos.Esto se debe a que tanto la enseñanza, y el aprendizaje con sus respectivas evaluaciones, son realizadas primordialmente a través de la lectura y la escritura, que es justamente donde reside su dificultad.



Darse cuenta a una edad temprana es de gran ayuda, tanto para el niño como para su familia. Por eso es importante detectarla de manera precoz. La fonoaudióloga Isabel Galli, miembro de DISFAM comenta que “cuando los padres incluyen letras y números entre los juguetes de los chicos, pueden darse cuenta si a sus hijos les interesan o si rechazan actividades con esos objetos. Esta es una señal temprana, que lespermite a travez del juego, favorecer destrezas tales como la habilidad de formar palabras simples o de reconocer con qué letra comienza su nombre”.



Uno de cada 10 niños tiene esta dificultad para aprender (en promedio 2 chicos por aula). Y durante años y aún hoy en día, muchos colegios no están preparados ni quieren ayudarlos a salir adelante, simplemente por falta de preparación academica, o por desconocimiento. Todos debemos saber que el Estado y las escuelas tienen la obligación de contener en las aulas a todos los chicos, con todas sus diferencias. Y los profesores y los directores de los colegios deben capacitarse para estar preparados a cumplir fielmente con su vocación docente.



Una vez detectada la dislexia, es imprescindible que la familia y la escuela mantengan una comunicación fluida y se coordinen para favorecer el desarrollo emocional y social del niño. Además, la familia debe involucrarse en el conocimiento de la dislexia y de las actividades lúdicas que pueden servir de apoyo en la etapa escolar, ya que debemos tener en cuenta que tanto en la escuela como en casa, para un niño disléxico las tareas escolares le van a ocupar más tiempo que a cualquier otro niño, convirtiéndose a veces en un trabajo arduo y pesado y por tanto, aumentando su frustración y rechazo.



A Valentín, y a todos los chicos con dislexia, nadie les preguntó si preferían este u otro desafío para toda su existencia. Ellos no deberían enfrentarse a adultos incapaces de comprenderlos, de ayudarlos a aprender y de prepararlos para la maratón de sus vidas, finaliza su papá

http://diariohoy.net
22/05/2014

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