Son estudios científicos sobre el cerebro desarrollados en lenguaje llano, que atrapan cada vez más a los lectores
Flamantes libros como “Usar el cerebro” o “El cerebro lector”, que reactualizan los aportes de las neurociencias -que en los últimos años introdujeron cambios decisivos en la manera de concebir el órgano más complejo del universo- dispararon un boom de obras centradas en los nuevos hallazgos científicos sobre la conciencia, el pensamiento y las emociones, con una gran repercusión en los lectores.
Los recientes estudios sobre el cerebro son encarados desde una perspectiva disparada por el avance de esta disciplina -centrada en el estudio de la organización y el funcionamiento del sistema nervioso- que instaló la posibilidad de “fotografiar” los pensamientos y hasta medir el grado de excitación de las neuronas.
Sin embargo, las preguntas cruciales sobre este órgano y algunos aspectos de la conciencia aún no tienen respuesta, aunque las neurociencias han avanzado en la comprensión de los sistemas cerebrales que regulan el afecto, los circuitos de recompensa y la toma de decisiones, tal como plantea el neurólogo Facundo Manes en su libro “Usar el cerebro”, escrito junto a Mateo Niro.
El investigador del Conicet sostiene que uno de los logros más importantes de los científicos es la constatación de que el cerebro no está nunca en reposo: en los períodos de vigilia se activa una red específica, denominada “default network”, que se dedica a procesar conocimientos internalizados.
Manes alude también a la manera en que la tecnología está cambiando el paradigma del conocimiento: Google puede ser una buena base de datos, pero nunca va a reemplazar a la memoria humana y en definitiva siempre habrá espacio para almacenar información que ya no es necesario recordar porque es provista por cualquier motor de búsqueda en internet.
Por estos días se acaba de lanzar también “El cerebro lector”, una obra del investigador francés Stanilas Dehaene, que analiza la capacidad del cerebro de procesar la escritura a gran velocidad a partir de su “plasticidad” y la noción de “reciclaje neuronal”, que permiten convertir un conjunto de trazos desordenados en un sistema de comunicación.
“La capacidad lectora modifica el cerebro”, afirma este matemático y doctor en psicología cognitiva que en esta ocasión se dedica a cuestiones como las operaciones implicadas en la lectura, la dislexia, los rasgos universales de los sistemas de escritura y el futuro de la lectura.
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14/05/2014