En la UNER, un grupo de científicos quiere encontrar la forma de evitar las interferencias en los audífonos. Se trata de un problema más habitual de lo que se cree. Por eso es que los resultados serían revolucionarios. La sordera afecta a unos 250 millones de personas en el mundo


Un grupo de investigadores de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER) estudia la posibilidad de reducir el nivel de ruido en los audífonos digitales de las personas hipoacúsicas, un problema que hasta ahora la ciencia no hay podido resolver.

El equipo, liderado por la científica María Eugenia Torres, se encuentra en pleno diseño e implementación de métodos y algoritmos de procesamiento no convencional de señales que permiten mejorar la percepción de éstas en condiciones de ruido.

Según se informó a través de la Facultad de Ingeniería de la casa de altos estudios, si bien hoy son los audífonos la solución más certera para los sujetos con hipoacusia, ya que a través de estas prótesis se reconectan con el mundo exterior, los equipos actuales raramente compensan las deficiencias auditivas en ambientes ruidosos.

"Se han invertido valiosos recursos y existen grandes avances tecnológicos en implantes cocleares destinados a individuos con sorderas profundas. Sin embargo, la mayor parte de la población que tiene problemas auditivos, padecen sorderas parciales que deben ser corregidas mediante prótesis auditivas externas y no con implantes cocleares", destacó la Facultad a través de un informe publicado en Biociencias.

Para llegar a solucionar este inconveniente que afecta en el mundo a cerca de 250 millones de personas, los investigadores se reparten las tareas a través de dos laboratorios, de Cibernética y el de Señales y Dinámicas no Lineales. Además, intervienen científicos de varias disciplinas, como matemáticos, bioingenieros, médicos, físicos e ingenieros.


Un problema habitual

La pérdida de audición es más común de lo que se piensa. La pérdida auditiva es parte del proceso natural de envejecimiento: está presente en el 18% de las personas entre 65 y 74 años y se comprobó que el 35% de las personas por encima de los 75 ya tienen pérdidas auditivas significativas.

Tal como explicó la científica Torres en su informe, "el 90% de las pérdidas auditivas pueden ser ayudadas con audífonos y 10% restante puede ser tratado médica o quirúrgicamente". Pero al mismo tiempo se estima que menos de la cuarta parte de las personas con deficiencias buscan ayuda y que inclusive un número todavía inferior realmente adquiere audífonos.

En este sentido, los médicos aseguran que la deficiencia auditiva tiene un efecto negativo en la calidad de la vida porque afecta la comunicación con la familia, amigos y colegas y puede resultar en aislamiento social, depresión, pérdida de empleo, disfunción cognitiva, reducida autoestima y pérdida de la independencia.

"La conservación y optimización de la audición lleva a una mejor calidad de vida entre la población a medida que envejece. Un estudio sobre el impacto de las deficiencias auditivas en la sociedad mostró que las ayudas auditivas mejoraban la calidad de vida de las personas deficientes en hasta un 15%", estimó la casa de altos estudios al presentar este innovador caso de investigación con relevancia mundial.

universia.com
10/03/2005