Es posible mantenerlo joven y flexible con rutinas cotidianas, como el ejercicio físico, una dieta sana y el entrenamiento de la memoria







Carmen Antúnez, directora de la Unidad de Demencias de La Arrixaca. :: G. CARRIÓN/AGM











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Se mejora la salud mental si en las rutinas diarias se consigue no alterar el reloj biológico



La Unidad de Demencias de La Arrixaca es una de las pocas que existen en el Sistema Nacional de Salud



Fue Cajal quien adelantó que las conexiones neuronales podían ser modificadas y multiplicadas



Los expertos recomiendan la realización de ejercicios mentales a cualquier edad



Envejecer no consiste, simplemente, en el deterioro del cuerpo como consecuencia del paso de los años. Se trata de un proceso fisiológico en el que influye, por un lado, la carga genética de cada persona, en un porcentaje estimado del 25% y, por otro, el medio ambiente en el que vive y su estilo de vida, elementos que determinan la velocidad y la forma en que el cuerpo cambia.



El envejecimiento del cerebro, por su parte, posee una perspectiva singular. Este órgano se ha construido a lo largo de un proceso evolutivo, con aumento constante de su volumen y de circuitos neuronales. Se trata de un proceso complejo, en el que ha habido progresión, regresión y reorganización del mismo. Una de las consecuencias de este proceso es que el cerebro no envejece de una manera sincrónica y homogénea. Muy al contrario, se produce de una forma diferente entre sus distintas áreas. Parece dependiente del substrato celular y molecular de cada área cerebral y de los estilos de vida que desarrolle cada persona.



Ésta es una noticia muy positiva, ya que permite a los individuos tomar parte activa de ese proceso y regularlo. Teniendo en cuenta que los años no pasan en balde para nadie, la ciencia ha demostrado que hay ciertas medidas que se pueden tomar para envejecer de una manera más saludable.



«Con el envejecimiento se pierden funciones cerebrales, tanto cognitivas como motoras, por lo que hay que intentar tener una vida activa física y mentalmente y evitar todo lo que es malo para el corazón y el sistema cardiovascular, porque si se hace una buena dieta y se evita la diabetes, el aumento del colesterol, la hipertensión, la obesidad y el sedentarismo, y además se hace ejercicio mental y se duerme correctamente se puede conseguir envejecer cerebralmente muy bien», según la catedrática de Anatomía de la Universidad de Murcia, Trinidad Herrero Ezquerro.



Hoy sabemos, además, que el cerebro es un órgano plástico que cambia constantemente como resultado de su interacción con el medio que rodea al individuo, sea éste físico, emocional o social. La plasticidad del cerebro tiene una larga historia. De hecho, fue Cajal quien adelantó la idea de que como resultado del ejercicio y entrenamiento cerebral las conexiones entre neuronas podían ser cambiadas y multiplicadas. Señaló Cajal que «la plasticidad cerebral es diferente a edades diferentes: grande en el joven, disminuida en el adulto y desaparece casi completamente en el viejo». Estas ideas de Cajal se reflejan hoy en los resultados que aporta la neurociencia. Sin embargo, Cajal no acertó cuando indicó que la plasticidad cerebral desaparece en el mayor, porque hoy sabemos que, aunque disminuida, persiste y que está presente en el cerebro envejecido. Es decir, el cerebro de un anciano sigue produciendo neuronas, aunque a menor escala. Y es precisamente esa característica la que lleva a los expertos a recomendar ejercicios mentales a cualquier edad. Según la catedrática de la UMU, «las actividades para practicar la memoria (sudokus, crucigramas, encontrar las diferencias…) son muy útiles pero, además, es fundamental relacionarse, ya que el ser humano es un ser social. Al discutir con los demás amigablemente se está aumentando la memoria de trabajo que es la que necesita para seguir la interacción con el otro, pero además se está pensando para rebatir, con lo cual se están activando todos los circuitos cerebrales que son plenamente humanos y que son los primeros que se pierden con las enfermedades neurodegenerativas. Estar en contacto con otros semejantes aumenta la memoria y la actividad de las neuronas en espejo, que son las que se asocian con la empatía». También recomienda la lectura y el aprendizaje de idiomas, puesto que también implican un esfuerzo de memorización.



Una de las teorías más actuales en torno al envejecimiento cerebral señala que para envejecer bien hay que mantener en hora el reloj biológico o los ritmos circadianos (periodos de 24 horas aproximadamente durante los que se dan fases de sueño y vigilia y que regulan las funciones fisiológicas del organismo). Herrero Ezquerro indica que «es importantísimo cumplir con algunas rutinas diarias a la hora de las comidas o de ir a la cama, por ejemplo. Si se consigue no alterar demasiado el reloj biológico se puede mejorar la salud mental y se ha demostrado que algunos trastornos emocionales pueden mejorar notablemente».



Añade que «una mala higiene del sueño está asociada a problemas mentales y, por tanto, también afecta al correcto funcionamiento del cerebro y, en general, del organismo. Descansar bien, mantener pequeñas rutinas y desarrollar otras nuevas hace que todo el sistema funcione mejor». No existe ningún tratamiento que pueda curar la demencia o revertir su evolución progresiva, aunque sí existen numerosas intervenciones que se pueden ofrecer para apoyar y mejorar la calidad de vida de las personas con demencia y sus cuidadores y familias.



Con esa idea se fundó a finales de 2001 la Unidad de Demencias del Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca, una de las pocas que existen en el Sistema Nacional de Salud y que funciona con un equipo multidisciplinar. «Su puesta en marcha atiende a la necesidad de trabajar con el proceso de demencia y hacer un buen diagnóstico», señala la directora de la Unidad, la neuróloga Carmen Antúnez. Señala que «sus objetivos son tres: atención y servicio sanitario a los pacientes y sus familias, investigación, y formación, tanto externa como interna, mediante charlas, conferencias, cursos, etc.».



La demencia afecta a cada persona de manera diferente, dependiendo del impacto de la enfermedad y de la personalidad del sujeto antes de empezar a padecerla, lo que hace que su diagnóstico sea muy complicado, dado que afecta al cerebro, el órgano más importante y complejo del cuerpo humano. «Es ahí donde está todo, es el que rige toda la vida de las personas tanto la biológica como la intelectual o espiritual», declara Antúnez.



«Las enfermedades neurodegenerativas no afectan solamente a las actividades cognitivas sino también las conductuales, las de la vida diaria, aquellas por las que las personas se relacionan con el medio, cuidan de sí mismas, toman decisiones, son capaces de llevar una vida independiente… Cuando el órgano diana que rige todos esos elementos se ve afectado, poco a poco la vida del enfermo cambia por completo».



Todos esos aspectos se abordan de manera integral en la Unidad de Demencias del Hospital Virgen de la Arrixaca, una de las más importantes a nivel nacional, en la que trabajan neurólogos, neuropsicólogos, psicólogos clínicos, enfermeros, auxiliares de clínica, trabajadora social… y cuya colaboración permite desarrollar una labor exhaustiva y completa de diagnóstico, tratamiento y cuidados tanto para los afectados por algún tipo demencia como para sus familias. Desde su nacimiento, la Unidad ha puesto en marcha diversos programas que han sido pioneros a nivel mundial, como uno destinado a la musicoterapia, en el que se propuso a los pacientes escuchar música, tanto dirigida, como de su gusto personal, con el objetivo de estimular la imaginación y la creatividad y provocar recuerdos, imágenes y fantasías. Muchos estudios han comprobado su utilidad en el tratamiento de apoyo en trastornos psicológicos.



El cerebro, a diferencia de otros órganos vitales, no se puede trasplantar, pero su donación al mundo de la ciencia es de gran utilidad para los profesionales de la neurología porque «el diagnóstico definitivo de las enfermedades neurodegenerativas solamente se puede realizar tras la muerte de los enfermos», asegura Antúnez. Por otro lado, el estudio de un cerebro de un paciente fallecido permite observar qué lesiones existen, dónde se encuentran y qué sustancias están alteradas porque, explica Carmen Antúnez, «en el caso de los pacientes con alzhéimer aparecen unas placas que se depositan en las neuronas que mueren y su estudio permite recoger numerosos datos sobre la dolencia». Los bancos de cerebros juegan un papel crucial en este punto, ya que se trata del lugar en el que se reciben y tratan para su correcta conservación y posterior uso en investigación; en España existen solamente seis. Uno de los más importantes está en el Hospital Universitario Virgen de la Arrixaca desde 2007 y cuenta en la actualidad con 128 cerebros procedentes no solo de la Región de Murcia, sino también de otras colindantes como Alicante, Albacete, Almería y Granada. «Una vez que se recibe el órgano, una mitad se analiza para el diagnóstico y la otra mitad se corta y se congela para estudios posteriores. Los cerebros se pueden conservar indefinidamente -a -80ºC- sin que sufran alteraciones», según la directora del banco. Los estudios llevados a cabo ofrecen, además, la posibilidad de descubrir nuevas alteraciones, así como la influencia genética en este tipo de dolencias (la Unidad de Demencias de La Arrixaca están realizando diversas investigaciones con biomarcadores en pacientes que no han desarrollado demencia o que están en una fase de inicio), por lo que es fundamental que se pueda disponer tanto de cerebros de personas enfermas como de personas sanas.



Todos los bancos de cerebros están en red, lo que les permite compartir resultados. El de la Región de Murcia está inscrito en el Instituto de Investigaciones Biomédicas (IMIB) y, además, colabora con la Fundación Reina Sofía, en el proyecto dedicado a alzhéimer que dirige el doctor Alberto Rábano, y con el Instituto Carlos III de Madrid, así como con distintas universidades y centros de Iinvestigación.

http://ababol.laverdad.es
20/04/2014