Un estudio del Complejo Hospitalario Xeral-Calde, de Lugo, demuestra que la arteritis de células gigantes tiene más manifestaciones clínicas que las ya conocidas. Además de las cefaleas y la afectación visual, la enfermedad causa alteraciones vestibulares e hipoacusia.
La arteritis de células gigantes (ACG) es una enfermedad multisistémica de etiología desconocida que se caracteriza por una vasculitis de las arterias de mediano y gran calibre, sobre todo en pacientes de edad avanzada y de sexo femenino. La ceguera por isquemia de las arterias ciliares posteriores es una de las principales secuelas, además de accidentes cerebrovasculares, fundamentalmente del territorio vertebrobasilar.
En Galicia y, en general, en toda la cornisa cantábrica, se producen de 12 a 14 casos nuevos por 100.000 habitantes y año. La incidencia es, por tanto, mayor que en otras comunidades españolas, como Andalucía.
El estudio realizado por el grupo de Juan Carlos Amor, galardonado en el último Congreso Nacional de Otorrinolaringología con el premio a la mejor publicación científica de ámbito internacional de 2003, se centra en las manifestaciones audiovestibulares de la enfermedad. Los resultados indican que el 28 por ciento de los enfermos presentan clínica de hipoacusia y el 89 por ciento alteraciones vestibulares: vértigo, desequilibrio, mareo, etc. Los investigadores incluyeron en el trabajo pacientes control y enfermos de polimialgia reumática (PMR).
Calidad de vida
La polimialgia es también una enfermedad de etiología desconocida que produce dolores musculares que impiden la realización de las tareas cotidianas, como asearse y vestirse. Entre un 30 y un 50 por ciento de los casos de arteritis asocian una polimialgia y un 50 por ciento de las personas con polimialgia desarrollan arteritis.
"Hay investigadores que piensan que se trata de distintas manifestaciones de la misma enfermedad, pero en nuestro estudio demostramos que los pacientes de polimialgia reumática no tienen hipoacusia ni alteraciones vestibulares", ha señalado el doctor Amor.
El tratamiento de la arteritis de células gigantes consiste en la administración de corticoides y puede prevenir la mayoría de las secuelas. En el trabajo del hospital de Lugo, el 22 por ciento de los pacientes con sordera mejoraron. Igual sucedió con prácticamente la totalidad de las personas con problemas vestibulares; de hecho, los autores tuvieron que realizar las pruebas en los cuatro primeros días desde su ingreso, debido a que, transcurrido más tiempo, el tratamiento lograba recuperar el aparato vestibular.
Durante la investigación se encontró una mayor frecuencia de lo normal en la arteritis de células gigantes de un tipo especial de vértigo que se denomina vértigo posicional paroxístico benigno.
Diagnóstico subclínico
Por otra parte, en dos casos que inicialmente se diagnosticaron como polimialgia pese a que las pruebas vestibulares estaban alteradas debido a que la biopsia fue negativa, la evolución a los seis meses confirmó una arteritis de células gigantes mediante la clínica craneal y la biopsia de la arteria temporal contralateral. "Por lo tanto, nuestro estudio sugiere que las pruebas vestibulares podrían ser de utilidad en el diagnóstico subclínico de una arteritis de células gigantes subyacente", ha manifestado el doctor Amor.
Concretamente, las pruebas que realizó este grupo son una videonistagmografía, donde se comprueba el nistagmo (reflejo ocular) espontáneo y provocado, y una prueba calórica.
diariomedico.com
8/03/2005