De este modo, según aseguran, se podrían mejorar tratamientos, adecuar recursos y proporcionaría a las personas la posibilidad de tomar decisiones sobre su futuro antes de que enfermedad se lo impida.
Los autores de este estudio han reconocido que España necesita poner en marcha un plan nacional de demencia ante el incremento de casos de esta enfermedad neurodegenerativa, que afecta ya a unos 800.000 personas y más de 3,5 millones incluyendo familiares y cuidadores.
En la actualidad hay ya once países (Reino Unido, Australia, Dinamarca, Finlandia, Francia, Corea del Sur, Estados Unidos, Noruega, los Países Bajos, Luxemburgo y Bélgica) que han desarrollado o están desarrollando planes nacionales para la demencia.
En virtud de algunos de estos planes, los autores del informe han elaborado un decálogo para que España pueda también desarrollar un programa similar, para lo que es necesario mejorar el diagnóstico de la enfermedad.
También han defendido que la promoción de una mejor comprensión sobre la enfermedad ayuda a afrontar el problema del estigma y a reducir la discriminación y la posible exclusión social relacionada con la enfermedad; y la necesidad de mejorar el apoyo disponible en el hogar, a través de la rehabilitación y la estimulación cognitiva.
Entre sus propuestas también está el fortalecimiento del apoyo disponible para familiares y cuidadores, ya que se estima que uno de cada cuatro cuidadores sufre depresión y que los cuidadores informales tienen un mayor riesgo de mortalidad en comparación con la población en general.
Para la mejora de la asistencia residencial/institucional proponen la creación o la identificación de unidades específicas para diferentes grupos de pacientes y los requisitos para transformar los centros hospitalarios para crónicos a largo plazo.
El informe también aboga por mejorar la integración y la coordinación de la asistencia; la formación de los profesionales de la salud; incluir actividades de seguimiento y recopilación de información sobre los pacientes, los datos epidemiológicos y los indicadores de calidad de la asistencia; favorecer la investigación continua y reconocer el papel de la tecnología innovadora.
"Contar con un Plan Nacional a estos efectos es la herramienta más potente para transformar los sistemas nacionales de asistencia y apoyo", según ha reconocido Pedro Cano, responsable del Programa de Demencia de Sanitas, para quien estos planes ayudan a los gobiernos a garantizar que los sistemas sanitarios y sociales se estructuren y financien adecuadamente ahora y en el futuro.
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10/04/2014