Investigadores del departamento de Psicología de la Universidad de Oviedo han determinado que la actividad física frecuente y la estimulación ambiental retrasan el deterioro cognitivo que trae consigo el envejecimiento. El ejercicio y una adecuada estimulación cognitiva, sensorial, motora y social permite al cerebro funcionar de una forma más eficiente, con un menor consumo energético durante la adquisición de pruebas de memoria.
El trabajo del equipo investigador se desarrolla en el laboratorio de Neurociencias, dirigido por el doctor Jorge Luis Arias, y ha permitido observar los mecanismos cerebrales que subyacen a estas intervenciones en modelos animales (ratas de edad avanzada), según una nota de prensa de la Universidad. Los investigadores trataron de descifrar los mecanismos neurobiológicos para contribuir en el futuro al diseño de fármacos e intervenciones conductuales más efectivas contra enfermedades como el Alzheimer o Parkinson.
"Al determinar qué cambios experimenta el cerebro tras ser sometido a estimulación ambiental o actividad física podemos intentar diseñar fármacos o programas de estimulación para personas mayores que imiten los mismos efectos y dianas cerebrales", ha explicado Patricia Sampedro, una de las investigadoras del equipo.
Algunos de los trabajos de este equipo han mostrado cambios positivos en las células de apoyo a las neuronas, los astrocitos, en aquellas ratas que han sido sometidas a este tipo de intervenciones. Además, se ha comprobado que estos animales reaccionan con menos ansiedad y se habitúan con mayor rapidez a ambientes nuevos.
http://www.medicinatv.com
16/03/2014